Sistema de Salud Universal, atentado contra la seguridad social

Una vez más los ciudadanos están siendo confundidos con los ofrecimientos del gobierno, deseando modificar hasta la Constitución Política del Estado. Indudablemente esto no debe extrañarnos, porque el Presidente modifica como quiere y cuando quiere las leyes, es así que obligó al tercer poder del Estado a aprobar su reelección indefinida, vulnerando toda norma existente. Ahora va con toda la fuerza para tratar de imponer el sistema de salud universal. Dizque es necesario dar salud a todo el pueblo, de eso nadie duda, pero este señor debía preocuparse, desde el primer día que asumió el mando de la nación, por construir hospitales, tuvo doce años para ello y nada de lo prometido existe, además se debió equiparlos con todo lo necesario, crear los ítems correspondientes, pero solo se preocupó por hacer construir canchas, coliseos, etc. Finalmente se comprometió con los miembros de Unasur (organismo casi desaparecido) a construir una sede, con un valor superior a 66 millones de dólares. Y en lugar de reunir gente que conoce de construcciones, para que ese edificio pueda convertirse en un hospital, lo que hace es regalarlo a los cocaleros del Chapare. El país se da cuenta de que todo es para que sea reelegido el Presidente.

Pero, ¿cómo desea poner en práctica su promesa? Pasar al Estado todo lo construido por las Gobernaciones y Alcaldías, que servirán para cumplir sus objetivos. Como se dice vulgarmente, plasmar sus deseos en cama tendida, nada más fácil, soy Presidente y se cumple. Este hecho se lo puede catalogar como un abuso, que seguramente puede ser censurado por el pueblo.

Todo fue originado por ciertas personas importantes que mueven los hilos en las famosas reuniones cumbre, donde son convocados cientos, miles o más de los movimientos sociales y para justificar dichas cumbres se ordena a unos cuantos profesionales “llunkus” que asistan a las mismas; cuando se convocó a los Colegios de Médicos, Facultades de Medicina y expertos en el sistema de salud, solo para justificar esa idea, se encontraban con más de 20.000 personas, todos de los movimientos sociales; estando todo planificado, no había razón para la presencia de los directivos de los profesionales y por lo tanto se justifica su inasistencia a esos eventos. Solo se conoce que se debe hacer una y otra cosa definida en las reuniones de las cumbres, lo mismo sucedió con otras especialidades (por ejemplo justicia).

Pero lo grave de esos discursos furibundos, que confunden a gran parte de la población, es que los hospitales que pasarán al Estado se dice que cumplirán con la atención de emergencia, primer nivel y segundo nivel, y que cuando se trate de problemas más delicados pasarán a ser tratados por los seguros sociales.

Si se analiza las ideas y promesas del Presidente, podemos ver pronto la desaparición de la SEGURIDAD SOCIAL como tal, además utilizando los recursos aportados por los trabajadores, porque 200 millones de dólares, que son el anzuelo, solo servirán para un pequeño período, ya que la población desprotegida es aproximadamente de siete millones de habitantes, y tres millones tienen seguro, si éstos apenas son atendidos por sus seguros, ¿cómo se podrá atender a todo el resto?

La utópica promesa solo obligará a poner al frente a los trabajadores de todos los sectores, que a la larga es seguro que le quitarán apoyo, porque se verán frustrados cuando quieran cercar los seguros, ya que además como sabemos el Estado no podrá cancelar las transferencias de los enfermos de primer y segundo nivel.

El primer mandatario cree que copar los hospitales de las Gobernaciones y Alcaldías solucionará el gran problema de la salud, no señor, se debe empezar por construir hospitales, equipar los hospitales generales, que no tienen ni los más elementales equipos para operaciones y tratamientos, menos insumos. Es que no ve que en el Hospital General, por ejemplo, los enfermos piden a sus familiares que les lleven un colchón, una frazada y si pueden algo de medicamentos.

Esa es la realidad y con las promesas solo se ahondará la crisis de la salud y, peor aún, la crisis del gobierno.