Como todos los años, las tradiciones bolivianas salieron a relucir en la festividad de Todos Santos, con rituales propios de la multifacética cultura del país.
Cientos de personas acudieron ayer a todos los cementerios del país, desde tempranas horas de la mañana, para compartir alimentos que eran de preferencia de quienes dejaron este mundo y que por 24 horas visitaron el mundo terrenal, desde el primer día de noviembre, hasta ayer al mediodía, según la creencia.
Cánticos, alegría mezclada con nostalgia y la fe que retornaron al lado de Dios acompañó el homenaje a las almas benditas.