Sindicatos que solo son gremios

Supuestos “sindicatos” y organizaciones de productores de coca del Chapare de Cochabamba prohibieron el ingreso a la región de militantes de partidos políticos no oficialistas y de hecho se declararon como “territorio independiente” del Estado nacional. En forma específica el diputado David Ramos dijo que la provincia Chapare es “autónoma” y que los partidos políticos deben pedir permiso a los “sindicatos” para inscribir militantes en esa región”.

La información, que recuerda que hace unos 30 años grupos de mineros declararon algunas minas como “republiquetas independientes”, no deja de ser curiosa porque, entre otros, se declaran como Estado dentro del Estado nacional, con leyes y autoridades propias, sin la menor jurisdicción y competencia legal y cuyo presidente es el primer mandatario del país.

Se debe hacer algunas observaciones. Primero, esos llamados sindicatos no son sindicatos en el verdadero sentido de la palabra, porque no están formados por obreros pobres que viven de su salario, sino por capitalistas dueños de tierras que se dedican al cultivo de coca, utilizando a obreros indígenas, cuyo trabajo explotan con salarios miserables y sin el menor beneficio social; es decir no se trata de sindicatos, sino de auténticos gremios de ricos campesinos burgueses que al tener “Estado” y leyes propias han puesto en práctica la dictadura de la burguesía nativa sobre la clase obrera.

Ese falso sindicalismo o verdadero gremialismo, centralizado en siete federaciones, ha adquirido el carácter de una verdadera oligarquía, funciona con grandes capitales financieros, posee monopolios agrícolas y dominio económico y político sobre las ramas más importantes de la economía chapareña. Es también una muestra del intenso desarrollo del capitalismo en Bolivia bajo un gobierno anticapitalista.

En realidad, estos gremios se han convertido en una tercera categoría de organización bajo el nombre de sindicatos y operan como verdaderos “cárteles” o sea formas de organización que asocian capitales monopolistas. Los empresarios cocaleros entran al “sindicato” y pierden su independencia comercial en la venta de la producción, aunque aún conservan su independencia productiva con un centro administrativo que centraliza las ganancias en pocas manos. Así, estos gremios de cocaleros son una de las formas de las organizaciones de clase de los capitalistas en su lucha contra los trabajadores, cual confirma el diputado Ramos.

Finalmente, se debe indicar que existe la apariencia a nivel internacional, que sindicatos de obreros de grandes empresas capitalistas están gobernando el país y vivimos la dictadura del proletariado; que Bolivia es una nueva Unión Soviética o una nueva Cuba y que Bolivia vive en un régimen socialista, imagen falsa en absoluto, por supuesto, pues nada de eso existe en absoluto y lo que en realidad impera es un régimen de propietarios agrícolas capitalistas organizados en gremios llamados sindicatos y que aplican la dictadura burguesa.