Violencia en matrimonios jóvenes

La formación de una familia no solo depende de voluntad, entusiasmo u obligación porque la pareja esté a punto de recibir una nueva vida, que sea motivo de alegría o genere nuevos retos. Y es que construir una familia no solo implica tener madurez, sino una estabilidad económica que permita dar solidez al nuevo hogar.

En muchos casos, los más jóvenes que aún no definieron que harán con su vida o que profesión podrán lograr, se frustran cuando se enteran de que estos planes pueden postergarse porque llegará un nuevo ser al mundo y con él nuevas obligaciones.

Al parecer una de las reacciones ante esta frustración es la violencia, que surge en parejas de adolescentes, como se observa por datos registrados desde el año 2013 hasta la presente gestión.

Cerca de 775 hechos de violencia intrafamiliar fueron denunciados, en los cuales las características suelen ser similares, como conflictos en la pareja joven, alguno de ellos o ambos se exceden en el consumo de bebidas alcohólicas o abandona su responsabilidad de progenitor ante sus hijos e hijas.

Si bien se conoció siete feminicidios, desde el año 2014 a la fecha, protagonizados por menores de edad o adolescentes, estos hechos van en aumento, sobre todo cuando hace poco fueron encontrados los cuerpos de dos adolescentes de 15 a 17 años, víctimas de feminicidio, y una de ellas estaba embarazada de tres meses.

Analizando las denuncias recabadas, se sabe que los varones jóvenes son los infractores, quienes tienen muchos más expedientes abiertos por una serie de denuncias, por hechos graves como violación o delitos de orden sexual en contra de otros menores o adolescentes.

En la parte clínica, los técnicos destacan como factores de riesgo el consumo de alcohol y droga, la aceptación de la violencia como actitud, la ausencia de empatía (dificultad para identificar, comprender y compartir pensamientos, sentimientos e intenciones con otra persona) y la falta de control.

La ingesta abusiva del alcohol aparece en más del 30% de los casos, generalmente en fines de semana. Más de la mitad de los adolescentes tienen dificultades para controlar la ira, y el 49% de ellos muestra problemas de autocontrol en general.

La aceptación de la violencia está presente en un tercio de la cantidad de adolescentes denunciados. Hay expertos que observan que entre los adolescentes hay también índices elevados de creencias sexistas y actitudes que justifican la violencia. Asimismo, más de un tercio de estos jóvenes presentan ausencia de empatía.

Los análisis en función de la edad revelaron que con los años si bien disminuyen las agresiones físicas, puede haber un aumento de las agresiones sexuales, conforme aumentaba la edad del sujeto. Se observó sexismo, escasa tolerancia a la frustración y comportamientos violentos en las relaciones de pareja.

Ante este cumulo de conflictos de las parejas jóvenes, las instancias llamadas por ley deberían brindarles terapias de pareja, más aún cuando son ellos y no los abuelos quienes deben hacerse responsables de la crianza de sus hijos. En caso contrario es imprescindible que los padres mantengan la comunicación con sus hijos e hijas adolescentes, para prevenir embarazos y por ende matrimonios inmaduros.