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[Luis Antezana]

Abrupto viraje oficialista de la política marítima


Como efecto de la derrota que sufrió el gobierno de Evo Morales Ayma en su demanda sobre la cuestión marítima ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), se ha producido un ostensible viraje oficial de 180 grados en cuanto a la cuestión marítima, hecho que requiere un análisis para demostrar que el asunto continúa en plena vigencia, al contrario de algunos esfuerzos oficiales por encubrir ese magno problema.

Al ser fundada Bolivia, su política externa (1825-1864) estaba orientada a consolidar y ampliar su presencia en el océano Pacífico, creando puertos, ampliando el comercio, fundando ciudades, impulsando la economía, defendiendo a brazo partido el territorio nacional, rechazando intereses extranjeros, etc.

Esa patriótica visión política marítima fue quebrada por otra sin orientación del gobierno de Mariano Melgarejo (1864-1871) que, al abandonar los principios de la primera etapa con el Tratado de 1866, culminó con la invasión y usurpación chilenas al Litoral (1879), que privaron a Bolivia de salida al mar por occidente, cuyas consecuencias duraron hasta fines del Siglo XIX.

Por entonces, la política marítima boliviana encontró como solución al enclaustramiento, mirar a los ríos Madera y Amazonas, pero esa posibilidad se rompió, primero, con la pérdida de territorio en la llamada Guerra del Acre (1904-1905) que cerró dicha posibilidad por esa región nororiental.

El empecinamiento de Bolivia por superar su aislamiento y conectarse con el mundo encontró, entonces, una nueva solución: la salida por el Río Paraguay, ideario que se mantuvo desde principios del Siglo XX, excepto el intento frustrado del gobierno de Bautista Saavedra ante la Liga de Naciones en 1920. Todo el país volcó su mirada hacia el sudeste, como tabla de salvación. Entre tanto, Chile se felicitaba porque Bolivia ya no hablaba de la recuperación del Litoral y sus fronteras estaban a salvo.

En esa forma, después de dirigir la atención al Amazonas, Bolivia cambió de orientación en su política marítima, mirando al Río Paraguay, asegurando, a la par, que debía consolidar su presencia en el Chaco Boreal. Por ese proyecto (1920-1930) se fundó fortines, se desplazó pequeñas unidades militares, se mejoró comunicaciones, etc., con el fin de llegar a las orillas del río por donde Bolivia se comunicaría con el mundo, se transportaría las materias primas bolivianas, en especial petróleo que se imaginaba descubrir en cantidades fabulosas. El país en general cultivó grandes ilusiones Pero, en esas circunstancias, se produjo la guerra con Paraguay (1932-1935) y Bolivia quedó sin el territorio chaqueño y sin comunicación con el Río Paraguay, frustrándose así las esperanzas de llegar a la vecindad del mundo por ese lado. Cabe preguntarse, ¿sería esa la causa que produjo la Guerra del Chaco? También es necesario recordar que hacia 1930, la política marítima boliviana volvía a virar hacia el Pacífico e inclusive se comentaba de planes militares.

Después de la guerra con Paraguay, al ver cerradas las vías por los ríos Amazonas y el Paraguay, gobiernos bolivianos volvieron a dirigir su mirada hacia Chile y fueron hechas numerosas negociaciones en ese sentido, todas frustradas. Finalmente, se llegó a la última negociación fracasada del gobierno de Evo Morales Ayma ante La Haya sin otro objetivo que fines pragmáticos y terminó en una derrota jurídica y diplomática para el gobierno.

Entonces, por cuarta vez Bolivia quedó aislada del mundo, en doloroso encierro y ya sin solución posible. Pero no faltan ingenios. Como ya ahora no se puede pensar en una salida al mar por Chile, ni siquiera un “diálogo de buena fe”, y para tapar el fracaso, la política marítima del gobierno de Evo Morales Ayma ha volcado sus ojos hacia el Río Paraguay, igual que a principios del siglo pasado ofreciendo puertos, navegación, caminos, inversiones, ferrocarriles, dejando en el olvido algo irrenunciable, el más sagrado y alto anhelo del pueblo boliviano: volver al mar por el Litoral usurpado por Chile. Es decir se dio un abrupto viraje de 180 grados en la atención del asunto, a la causa que produjo la Guerra del Chaco.

 
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