Fundación Milenio
> El sector minero atraviesa por momentos complicados, y no tan solo en Potosí sino en otras regiones mineras del país. > Urge la necesidad de captar mayor inversión para exploración y explotación para la minería potosina, según estudio.
“Vale un Potosí” es la frase de aprecio y significación sublime a un pueblo que aportó con sus hijos y su riqueza para consolidar el Estado boliviano. Hoy el departamento de Potosí llega a su aniversario 208 en un ambiente de visible división de sus habitantes debido al accionar de los políticos de turno, con altibajos en su economía y con un marcado nivel de pobreza, según expertos.
Al respecto, un estudio de la Fundación Milenio da cuenta que la dependencia de Potosí de la minería es un fenómeno de toda la vida, lo cual explica las fluctuaciones en su desempeño económico, condicionadas por el cambiante comportamiento de la industria minera: el buen o mal momento de la minería determina la suerte de toda la economía potosina.
Así, por ejemplo, el promedio de crecimiento del PIB potosino entre 2005 y 2017 fue de 5.5 por ciento, pero sin la minería el promedio baja a 2.9 por ciento. En 2017 la economía potosina creció a un ritmo bastante menor, pasando de una tasa de 7.5 por ciento en 2016, a 1.3 por ciento; gran parte de ello se debió a la contracción del sector minero regional.
En los años pasados de la bonanza exportada, la economía potosina, mayormente minera, experimentó un notable crecimiento, que se tradujo también en la disminución de la brecha del ingreso en relación con el promedio nacional. El año 2011 el ingreso per cápita del departamento fue de $us 2.140, en tanto que el de Bolivia se situó en $us 2.369. Un año después la economía potosina sufría una caída importante, con la consecuencia de que volvía a ensancharse la brecha de ingresos por habitante, situación que se ha mantenido en los años siguientes. En las gestiones 2016 y 2017, el ingreso potosino ha registrado una marcada mejoría, llegando hasta los $us 2.821, como efecto ante todo del alza de los precios de los minerales, que incrementaron nominalmente el producto regional.
DESEMPEÑOS SECTORIALES
El modesto crecimiento departamental de 1.3 por ciento en 2017, refleja la pérdida de dinamismo de los distintos sectores de la economía potosina, pero también y, sobre todo, la contracción de la actividad más importante, la minería, que representa alrededor de un tercio del producto departamental, afectando, a su vez, al comercio local.
En ese contexto, la actividad económica de mayor crecimiento en la última gestión, ha sido la administración pública, con un 5.1 por ciento superior al 3.7 por ciento de 2016. Esto daría a entender que la burocracia no solamente fue mayor, sino que incluso ha sido el principal motor de crecimiento, dejando atrás a los sectores productivos; por cierto, un fenómeno que llama mucho la atención, puesto que la característica de la economía potosina no es precisamente la amplitud de los servicios públicos, como sí sucede por ejemplo en La Paz.
Cabe destacar también el crecimiento de la construcción con un 4.9 por ciento, recuperándose de una caída de 5.3 por ciento en 2016. Entre 2008 y 2015, el aumento promedio del sector de la construcción fue de 8 por ciento. Por su parte, la actividad de electricidad, gas y agua registró una tasa de 4.9 por ciento, aunque inferior al 5.4 por ciento de 2016.
En contraste, y como se dijo antes, el comercio y la minería (minerales metálicos y no metálicos) mostraron en 2017 signos de contracción, decreciendo en 0.9 por ciento y 2.3 por ciento, respectivamente. Estas caídas fueron significativas si se considera las tasas de 2016 de alrededor de 15 por ciento, en ambos rubros.
Se debe enfatizar que el sector minero pasa por momentos complicados, y no tan solo en Potosí sino en otras regiones mineras del país. Ello ocurre pese a la recuperación de los precios de los minerales del pasado año (y que ha proseguido en el curso de 2018), lo cual advierte que un más alto nivel de precios no basta para incrementar los beneficios de la minería, tanto menos si no viene acompañado de un simultáneo incremento de la producción, y como resultado de más inversión en yacimientos y operaciones mineras.
Hay que subrayar, asimismo, la correlación existente entre la actividad minera y el comercio departamental, lo que no es de extrañar: en la medida en que la principal fuente de ingresos del departamento es la minería, su desempeño incide directamente en la intensidad de las labores de comercio.
QUINUA POTOSINA
De los diez principales productos exportados por el departamento, el único que no se relaciona con la minería es la quinua. El año 2017 logró un valor de $us 6.4 millones, superior a los $us 2.7 millones de 2016; un incremento de 136.6 por ciento, a pesar de lo cual ese valor solo representó el 0.3 por ciento del total vendido al exterior.
El mayor valor exportado de quinua se dio en 2014, con un total de $us 28.0 millones. En las gestiones 2015 y 2016 las exportaciones de quinua cayeron a tan solo $us 2.7 millones; una caída de 90.3 por ciento, en dos años. Este comportamiento negativo se debió al abrupto descenso en el precio de venta de la quinua.
La mayor demanda internacional de este grano presionó su precio al alza, pero, este mismo fenómeno, tuvo el efecto de impulsar la producción de quinua en otros países, principalmente en Perú, que se convirtió en el mayor exportador del grano a nivel mundial. Todo lo cual ha propiciado la caída del precio internacional. Si bien se dio una mejora del precio del grano en 2017, esto vino acompañado un mayor volumen vendido, lo cual ha desfavorecido el valor de la quinua boliviana.
POTOSÍ HISTÓRICO
La ciudad de Potosí se encuentra en la cordillera de los Andes, a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar. La presencia de ciertos minerales, especialmente la plata en su famoso Cerro Rico la hizo famosa ya en el siglo XVI. Hoy en día se puede visitar el cerro y conocer las minas por dentro.
Metalazul.com nos lleva a una excursión imaginaria, la misma comienza en el barrio donde viven generalmente los mineros, donde se compra un presente para los trabajadores y se le proporcionan al turista la vestimenta y herramientas necesarias para transitar dentro de las minas.
Si bien el recorrido por dentro es fascinante, queda claro que las condiciones de trabajo para los mineros son muy duras y se conocen las formas en que los trabajadores las sobrellevan.
Luego de la visita a las minas, una buena opción es dirigirse a la laguna de Tarampaya a disfrutar de sus aguas termales. La laguna se ubica a 20 kilómetros de la ciudad de Potosí, y el camino que la une al Cerro Rico es muy pintoresco y se encuentra en buen estado.
En la ciudad, siguiendo el proceso minero, se encuentran los ingenios donde se procesan los minerales extraídos. Pero lo más impresionante de Potosí es, quizás, como se ha conservado toda la arquitectura colonial. Todavía se levanta el muro que dividía la ciudad de los europeos de la de los nativos, y los detalles que pueden observarse en las grandes edificaciones denotan una interesantísima mezcla de culturas.
CERRO RICO
El Cerro Rico, conocido también como Cerro de Potosí, y en quechua como Sumaq Urqu (“cerro hermoso”) es una montaña de los Andes ubicada en el departamento de Potosí, Bolivia. Es famosa por que en época de la Colonia tenía las vetas de plata más importantes del mundo. Tiene una altitud aproximada de unos 4.800 msnm.
Actualmente, se puede visitar la mayor mina de su interior, la mina Pailaviri, hoy propiedad del Estado. Está dividida en 17 niveles a los cuales se puede acceder mediante un elevador, que de tres en tres metros, nos lleva hasta 240 m de profundidad, nivel accesible al público.
La temperatura en el interior de la mina puede variar unos 45º C entre el exterior y los niveles más bajos. Hacia arriba del nivel de ingreso, a unos 70 m de altura, nos encontramos con el “Tío”, representación del demonio o deidad horrenda poseedora de las minas, a quien se hacen ofrendas para sacar el metal de sus entrañas. Pailaviri trabaja continuamente desde 1545, es la mina más antigua cercana a la ciudad.
Por su importancia histórica, la ciudad de Potosí, Bolivia fue declarada patrimonio cultural y natural de la Humanidad por la UNESCO en 1987. Es uno de los lugares con más carga histórica del continente americano. Además de la recorrida cultural, queda lugar allí para un poco de aventuras en las minas y, ¿por qué no? algo de relajación disfrutando de las aguas termales.
URGE MAYOR INVERSIÓN
La Fundación Milenio sostiene que es innegable la urgencia que tiene la minería potosina de captar más inversión (primordialmente privada) en exploración y explotación. En muchos lugares la producción minera, particularmente de cooperativas, sigue siendo muy precaria y atrasada, además de confrontar el agotamiento de yacimientos de mayor ley, lo que fuerza a la explotación depredadora de los recursos para mantener un cierto nivel de ingresos.
Si bien los precios de los minerales tendieron a mejorar en los últimos dos años, en el futuro cercano probablemente empiecen a descender. La política monetaria de Estados Unidos, conjuntamente a los riesgos de desaceleración en el crecimiento de la economía china, gran consumidora de materias primas, pintan un panorama más complicado e incierto. En un horizonte así, será difícil reducir el impacto negativo de los precios de los minerales en la economía boliviana en general y en la potosina en particular.
Por otro lado, es evidente que la producción departamental de quinua tiene el reto crucial de mejorar su productividad, a fin de ser más competitiva frente a la oferta de otros países que han entrado al mercado. De lo contrario quedará más relegada en el mercado internacional.
Portada de HOY |
1 Dólar: | 6.96 Bs. |
1 Euro: | 7.77 Bs. |
1 UFV: | 2.28663 Bs. |