Al menos cinco personas murieron ayer por el incendio forestal que se reavivó en California (EE.UU.), donde se han declarado un total de tres grandes focos de calor, que han obligado a desalojar a más de 150.000 vecinos y donde hay un gran número de desaparecidos.
El mayor fuego de todos y el único que por el momento ha resultado mortal es el bautizado como “Camp Fire”, en el norte del estado, que en poco más de 24 horas ha arrasado 28.000 hectáreas y ha engullido gran parte de la localidad de Paradise, de 26.000 habitantes y a unos 280 kilómetros de San Francisco.
“La magnitud de la destrucción que estamos viendo es desoladora. Sabemos que hay víctimas mortales”, indicó en una rueda de prensa el director de la Oficina de Servicios de Emergencia de California, Mark Ghilarducci.
Los cinco fallecidos que se han confirmado por el momento fueron hallados en sus vehículos, calcinados cuando trataban de huir por carretera de las llamas. (agencias)