Las condiciones hospitalarias de nuestro país son patéticas, al extremo de que solamente hay aparatos de radioterapia para atender a un 50% de niños que padecen cáncer, un mal que, por descuido, o debido a falta de quipos modernos, medicamentos y atención oportuna en centros especializados, se agrava.
La radioterapia, como otros tratamientos con equipos especiales, es cara e imposible de cubrir para la mayoría de padres de familia cuyos hijos padecen la letal enfermedad. Desde hace mucho tiempo hay reclamos en todo el país por “hospitales vacíos, sin equipos ni camas ni medicamentos ni personal médico con diversas especialidades” y no hay autoridad de salud que ayude a solucionar tan grave problema que, en casos, tiene visos de ser terminal (ED 27/X/18).
Se habla, a nivel del gobierno, y con mucha facilidad, de seguros completos de salud para toda la población, tan solo por razones electorales, cuando lo cierto es que debería haber preocupación por el grave problema en toda época; en cambio, hay mucha precisión y rapidez para atender la construcción de obras faraónicas que a pocos beneficia; hay gastos dispendiosos que solo favorecen a unos cuantos y hay dispendio fastuoso para atender a sectores afines a la política partidista; pero “no hay dinero” para lo más necesario.
Sobre los hospitales públicos en las diferentes ciudades del país solamente se cuenta con promesas y planes para solucionar sus problemas y carencias; todos están esperando presupuestos y la llegada de quipos, vituallas e implementos; todos tienen la promesa de contar, muy pronto, con médicos especialistas. La mayoría está preparada para “estrenar” hospitales oncológicos y, en fin, hay “fiesta y regocijo” para celebrar lo que “se podría tener o recibir” si se atuviera el pueblo a las simples promesas que nunca se cumplen, especialmente cuando se podía tener todo ello en tiempos de bonanza y gran tenencia de dinero. Pero todo se volvió imposible y las esperanzas se trocaron en desesperanzas, decepción y frustración.
El hecho es que solamente un 50% de niños tendrá radioterapia, porque los otros requieren otro tipo de tratamientos, con equipos diferentes, pero no pueden acceder a ello por falta de dinero, por carencia de equipos en el país. ¿Qué hacer ante esta situación? Los que puedan prestarse dinero o conseguirlo de alguna manera, podrán viajar y lograr atención para sus niños en otros países; otros lo harán en clínicas particulares; pero los más, los que no cuentan ni con lo más necesario no deberían resignarse y esperar que hayan milagros que, en salud y en el país, son casi imposibles, porque no hay voluntad en quienes tendrían la obligación de cubrir esas necesidades premiosas, que ayuden a salvar la vida de niños que son vida y alegría de hoy y resultan esperanzas para el mañana.
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