Colapso de sistema de salud
La situación del país sudamericano afecta a los países extranjeros por flujo migratorio
Washington.- Venezuela afronta una crisis sanitaria "devastadora" por el colapso de su sistema público de salud, aseguró ayer la organización Human Rights Watch (HRW) en un informe en el que criticó la reacción del Gobierno del presidente Nicolás Maduro al negar la situación y no afrontarla "urgentemente".
"La combinación de un fallido sistema de salud y la escasez generalizada de alimentos han provocado una catástrofe humanitaria que solo irá a peor si no se aborda con urgencia", sostuvo en el documento la experta Shannon Doocy, profesora asociada de la Escuela de Salud Pública Bloomberg en la Universidad de Johns Hopkins.
La agencia EFE reflejó que varios investigadores de HRW, junto a especialistas del Centro de Salud Humanitaria de dicha universidad, viajaron a las fronteras de Venezuela con Colombia y Brasil para evaluar el alcance de la crisis y conocer el testimonio de las personas que están huyendo del país.
Los datos existentes señalan un repunte del sarampión, la difteria, la malaria y la tuberculosis, dijo la ONG.
MALARIA
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los casos de malaria han pasado de 36.000 en 2009 a más de 406.000 en 2017; mientras que los diagnósticos de tuberculosis se han incrementado de 6.000 en 2014 a 7.800 en 2016, cuando la tasa de incidencia fue de 32,4 por cada 100.000 personas, la más alta en el país en 40 años.
La falta de provisiones de medicamentos y vacunas ha afectado tratamientos como el del VIH, ya que el 87 % de las más de 79.000 personas registradas por ser portadoras del virus no están recibiendo medicación antirretroviral.
Además, la escasez en vacunas también ha ocasionado el regreso de dos enfermedades que se consideraban extinguidas: la difteria y el sarampión, de las que no se conocían registros recientes hasta 2015, reportó la agencia EFE.
HRW mencionó los altos niveles de malnutrición como el principal factor que ha originado el agravamiento de la mayoría de enfermedades.
En sus denuncias, HRW recordó los intentos del Gobierno de Venezuela por ocultar la crisis sanitaria.
Puso como ejemplo la cancelación "de forma abrupta" en 2015 por parte del Ministerio de Salud venezolano de la publicación de actualizaciones semanales sobre indicadores de sanidad y el cese del titular de esta cartera en 2017 cuando publicó un "pequeño resumen" con carácter anual.
BRASIL
Infobae publicó que Bernardino Albuquerque, un médico encargado de combatir las enfermedades infecciosas en el vasto estado de Amazonas, en Brasil, recibió un mensaje que temía durante semanas.
Esa alerta de los médicos brasileños cerca de la frontera venezolana marcó el inicio de una epidemia de sarampión importada que sigue asolando la Amazonía brasileña. Era la primera vez en casi dos décadas que el virus altamente contagioso aparecía en esta región tropical, hogar de un creciente número de migrantes venezolanos. La enfermedad también se ha extendido a Argentina, Colombia, Ecuador y Perú.
La crisis económica y social en Venezuela se está extendiendo cada vez más sobre sus fronteras, y la enfermedad se convierte en un símbolo más del nuevo desastre. El sistema de atención de salud de Venezuela se ha deteriorado, lo que permite que enfermedades que antes se erradicaron, como el sarampión y la difteria, vuelvan a surgir en una población que enfrenta una escasez aguda de alimentos y medicamentos. Ahora, una salida histórica de migrantes está ayudando a diseminar infecciones a otros países.
"La crisis de Venezuela se ha convertido en la nuestra", decía el alcalde de Manaus, Arthur Vigilio Neto.
PACIENTE
El primer paciente de Brasil por sarampión fue un niño venezolano de un año que fue trasladado a la frontera en febrero pasado. Ocho meses después, más de 10.000 personas contrajeron infecciones sospechosas solo en el estado de Amazonas, debido a que el virus apareció en una población local que no estaba suficientemente vacunada. Los nuevos casos están creciendo a un rito de 170 a la semana, señaló el medio argentino.
Considerada una enfermedad infantil manejable en Estados Unidos, el sarampión ha cobrado un alto precio en los barrios de chabolas y las remotas aldeas de la densa selva amazónica. El estado de Amazonas declaró una emergencia de salud en julio, y cientos de personas han sido hospitalizadas con complicaciones, incluyendo la neumonía. Hasta el momento, dos adultos y cuatro bebés han muerto.
"No habíamos tenido un solo caso de sarampión en 18 años. La mayoría de nuestros médicos solo lo sabían por los libros de texto", manifestó Albuquerque, recordando el inicio del brote de sarampión. "Estábamos preparados para algunos problemas rutinarios, pero esto fue algo extraordinario". (EFE - Agencias)
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