Abuso sexual a menores, uno de los peores maltratos

El abuso sexual a menores de edad, a pesar de ser un tema conocido desde hace siglos, es penalizado con rigurosidad desde hace cinco años, al ser implementada la Ley 348 “Ley Integral para garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia”.

La violencia sexual se convierte en un problema de carácter mundial, siendo visto como una transgresión a los derechos humanos fundamentales, pues es identificada como una forma de maltrato más traumática en niños y niñas, con repercusiones a corto y largo plazo, tanto para la víctima, su familia y la sociedad.

Este tema no solo concierne al personal de salud, sino también a maestros, administradores de justicia, fuerzas del orden y, sobre todo, al principal núcleo social, como es la familia, donde los menores de edad se desarrollan en un primer contacto, antes de llegar a otros espacios sociales como el barrio, el colegio, entre otros. Lastimosamente, es en el principal entorno de los menores, como es el hogar, donde se comete delitos de violación.

Los datos reflejan una problemática social que debería requerir de una urgente aplicación de políticas públicas en el ámbito de la prevención, pues de enero a septiembre desde el 2014 a la presente gestión se observa un aumento en los delitos de violación a niño, niña, adolescente. En 2014 solo se denunció un caso, mientras que para el 2015 llegaron a 23 las denuncias; en 2016 los casos aumentaron a 52, pero para el 2017 las atenciones fueron por 101 denuncias, mientras que en la presente gestión las denuncias de violación a menores llegaron a 112.

La violencia no consiste únicamente en daño físico, psicológico o emocional, sino que incluye también la violencia sexual, que implica toda aquella conducta que amenace o violente el derecho de cada persona a decidir y ejercer de manera voluntaria todo lo que concierne a su sexualidad.

Junto con el abuso físico y emocional, la exposición a violencia intrafamiliar y la negligencia del entorno son conductas que generan un segundo maltrato en contra de los menores.

Las definiciones de abuso sexual abundan en la literatura, encontrándose desde algunas muy escuetas hasta otras más amplias. Se puede decir, entonces, que el abuso sexual en menores de edad comprende toda la amplia gama de crímenes, interacciones y ofensas sexuales que impliquen a menores de 18 años como víctimas, por parte de personas adultas.

Pero lo peor de estos abusos es que llegan a ser cometidos por personas que más bien deberían brindar protección, tratándose de padres, padrastros, abuelos, hermanos y tíos. Pero ahora algunos de ellos están involucrados en la comisión de estos delitos. A ello se suma que algunas madres resultan ser cómplices o encubridoras de esos vejámenes, porque son amedrentadas o por sumisión ante su pareja sentimental, antes que proteger a sus hijos e hijas.

Por todo ello, el abuso sexual a menores se convierte en uno de los peores maltratos infantiles, a quienes deben vivir con secuelas traumáticas que en el futuro podría determinar la construcción de personalidades de alto riesgo, en caso de que no reciban un tratamiento psicológico continuo, el cual podría servir para evitar que asuman conductas que les afecten a ellos mismos.