Almuerzo y sangre

Generalmente almuerzo en casa, con música suave y cero noticieros, sin embargo hace unos días, por razones de trabajo, almorcé en un restaurante del centro paceño.

El ambiente era acogedor y la comida deliciosa, pero el aderezo que no me gustó fue el enorme televisor donde empezaba el informativo de medio día.

Cosa curiosa, en un momento en que se debate temas de interés general, abrieron el noticiero con una nota superflua e irrelevante sobre la celebración de las “ñatitas”.

Pero lo peor estaba por venir, enseguida nos bombardearon con informaciones de crónica roja, sin ningún respeto a los televidentes que saboreábamos un rico almuerzo.

“Efectivos policiales procedieron al recojo del cadáver de un adulto mayor”, decía un titular, mientras las cámaras enfocaban las dramáticas escenas no exentas de morbo.

Cuando los dependientes del restaurante cambiaron de canal, en otro noticiero se esmeraban en presentar detalles de la muerte de un padre a manos de su desalmado hijo.

Son solo algunos ejemplos de información teñida de rojo, donde se exacerba la curiosidad de la población, provocándola con imágenes y detalles innecesarios.

Todo lo anterior me llevó a preguntarme: ¿cuál es el criterio periodístico con el que son estructurados los contenidos informativos en los canales de TV?

¿Por qué la crónica roja de asesinatos macabros, muerte, violencia y robo tiene más relevancia que temas sociales, políticos y hasta económicos?

¿Acaso no sería conveniente que la franja roja se difundiera en horarios nocturnos apropiados?

Mientras meditaba en silencio, el dependiente me entregó la factura y me dijo: “Buen provecho”. “Amén”, respondí y me fui.

*) Director ejecutivo de Xperticia. Empresa de Asesoramiento en Comunicación.

(www.xperticia.net)