Picasso
El antiguo conservador de la Colección Triton, de la que formaba parte la obra, se mostró muy escéptico sobre la autenticidad del cuadro
La Haya.- La embajada holandesa en Bucarest entregó a la Fiscalía rumana un cuadro -cuya autenticidad aún se investiga- que podría ser el “Tête d’Arlequin” (Cabeza de Arlequín) de Picasso, robado en 2012 de Rotterdam (Holanda), informó hoy el Ministerio holandés de Exteriores.
La obra de arte fue localizada por la escritora rumana Mira Feticu, que dice haber recibido una pista anónima hace más de una semana de alguien que la citó en un pueblo de Dobruja y que le dejó el cuadro abandonado debajo de un árbol y envuelto en un plástico, según ella misma explicó a la Fiscalía de Bucarest.
El cuadro original de Picasso estaba entre las siete obras robadas del museo Kunsthal de Rotterdam, entre las que también estaba “La mujer leyendo en blanco y amarillo” de Henri Matisse o “Autorretrato” de Meijer De Haan, además de obras de Claude Monet, Gauguin, Meijer De Haan y Lucian Freud.
Sin embargo, el antiguo conservador de la Colección Triton, de la que formaba parte la obra de Picasso, se mostró muy escéptico sobre la autenticidad del cuadro localizado en Rumanía.
“Conozco muy bien este trabajo de Picasso. Seguramente lo haya tenido delante con más frecuencia que los ladrones, y cuando miro las imágenes del dibujo encontrado, tengo serias dudas sobre la autenticidad”, explicó a la televisión holandesa NOS.
El conservador reconoció que “las fotos no son muy buenas y la obra puede haberse destruido un poco por la humedad”, pero subrayó que “incluso así hay demasiadas desviaciones, los guiones, los colores, los detalles no son correctos”.
“Si me baso en lo que veo, creo que es una falsificación. Una muy buena, desde luego”, concluyó sobre este cuadro, que de ser original tiene un valor aproximado de 800.000 euros.
En 2013, las autoridades rumanas detuvieron a varios delincuentes en Rumanía, entre los que había varias personas involucradas en el robo y que estaban buscando compradores para las pinturas.
Sin embargo, los cuadros nunca aparecieron y la Policía rumana está aprovechando la aparición de esta obra aparentemente de Picasso para localizar al informante e intentar encontrar las otras pinturas robadas.
Feticu, que tiene su residencia oficial en Holanda, escribió una novela basada en este robo, que fue traducida al rumano recibiendo mucha atención mediática en su país de origen y abriendo el debate sobre las obras de arte robadas.
Según varios medios, uno los ladrones rumanos que robaron las obras las entregó para que las conservara a su madre, quien afirmó en el juicio que las había quemado, tras un registro policial en su domicilio, para proteger a su hijo. (EFE).
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