La actividad política en Estados Unidos de Norte América (EEUU) ha repuntado en interés general desde hace dos años, cuando asumió el gobierno Donald Trump. Se agrega que hasta entonces, el interés por la política se encontraba en deterioro y era objeto de indiferencia en ciertos círculos tradicionales.
No obstante esos aspectos, el renacimiento de la actividad política en el país del norte ha reaparecido con intensidad y culminó en las recientes elecciones dirigidas a hacer cambios en la composición parlamentaria, proceso en el cual los republicanos aumentaron su poder en la Cámara de Senadores, mientras lo perdieron en la Cámara Baja.
En general, se observa que en las elecciones recién pasadas los republicanos mantuvieron el poderío sin grandes cambios, pese a la virulenta campaña de la oposición demócrata que durante dos años intentó debilitar al gobierno de Trump y llevarlo a juicio de responsabilidades (impeachment) para defenestrarlo del poder.
En todo caso, la lucha política en Estados Unidos, si bien aparentemente gira en torno a tendencias politiqueras, como escándalos sexuales, mujeres, problemas domésticos, cuestiones de cocina, conflictos externos, etc., en realidad en el fondo consiste en la lucha política entre dos corrientes económicas: el proteccionismo económico y el libre comercio, el primero abandonado en últimos decenios por los demócratas y el segundo, que Trump ha levantado como bandera nacionalista bajo la consigna “Estados Unidos otra vez grande”.
Al respecto, esa política de los republicanos ha tenido éxitos sucesivos durante los dos años de vigencia y, entre otros, ha desarmado la posibilidad de una guerra atómica con Corea del Norte y ha neutralizado tendencias anarquistas y populistas en otros continentes, tratando así de volver al orden mundial, disminuido por absurdos del infantilismo de izquierda.
Acerca del aspecto económico, la política de Trump llegó a dar a EEUU el crecimiento económico de 4,2% del PIB, el más alto desde el año 2014. A la par, mantiene los tres objetivos sobre los que gira la economía norteamericana, pues los indicadores proyectan una fase de expansión con buen crecimiento, pleno empleo y relativa inflación, aunque con los índices de la deuda pública (10 %) en relación con el PIB, el elevado déficit en cuenta corriente (2,5% del PIB), y déficit fiscal (2,9%). El precio del petróleo cayó en últimos meses de 7,5 dólares el barril a 6,2 en noviembre, o sea 17 %. Así, pese a la visión agorera de algunos economistas, la economía de EEUU va “viento en popa”.
El resultado de las elecciones parlamentarias mostró que Trump mantiene el apoyo de EEUU, pese a la victoria demócrata en la Cámara Baja. También se perfila que podría ser reelecto el año 2021, según la Constitución.
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