El señor paracaidista, Jair Messias Bolsonaro, conservador, líder del Partido Social Liberal, recibirá una presidencia inmersa en retos, como el granjearse la simpatía de los beneficiados con las dádivas de Lula: la “bolsa de familia,” y proteger la invadida Amazonia, et. al. Él ha dicho no ser ejecutivo ni saber de economía… pero cuenta con Paulo Guedes, el “guru económico”. El economista Roberto Campos Neto encabezaría el Banco Central… del Congreso depende una mayor autonomía de éste y la organización del trabajo de su directorio.
El antimarxista, cristiano, antiglobalista y admirador de Trump, Ernesto Henrique Fraga Araujo, sería el Canciller. Mansueto Almeida permanecería como Ministro de Hacienda. El Ministro de Justicia sería el reconocido juez Sergio Moro. Se habla de la privatización de la unidad de distribución de Petrobras. En su aceptación prometió unificar el país con valores conservadores, marginando la disidencia y coartando derechos… lo que no ha de ser fácil.
Bolsonaro ha estado en el Congreso y sabe lo que muchos militares ignoran: la cultura del “arreglo.” Desde el Ejecutivo tendrá que ajustarse a las influencias en la preparación de leyes, mandatos y ordenanzas... y al poder de los legisladores. Necesita mayoría en el Congreso que dé cabida a los vendedores de armas, al crédito barato de los agricultores, a los valores de familia que atraen a los evangelistas… a cambio de apoyo a políticas de mercado y empresa privada. Mejor intentar de a poco… la pugna ha de ser cuesta arriba sobre todo cuando haya que llenar miles de puestos administrativos que históricamente han pasado por el visto bueno del Congreso, ministerios y docenas de otras instituciones.
El Hoffpost cita al ex presidente F. Henrique Cardoso: “¡Tenemos 30 partidos! Pobre de quien sea presidente. No hay 30 posiciones ideológicas en el mundo para tener acceso a fondos públicos y negociar posiciones de poder”.
Antagonizar a legisladores es indeseable; hay que ver si se negocia en reuniones legislativas y/o administrativas, o separadamente con jefes de facciones políticas que tienden a posponer soluciones con un costo trajinado por lo repetitivo para un país inmenso y complejo como Brasil.
La verdad es que el tiempo apremia para reformar de una vez por todas el sistema de pensiones, privatizar empresas públicas y llegar a reducir el gasto público lo que no deja de ser todavía utópico porque en noviembre la deuda pública aumenta y el inversionista se deshace de cada vez más activos, la inversión y el consumo disminuyen, la economía se atraganta aún más, y la delincuencia se campea.
Bolsonaro genera expectativas dentro y fuera de Brasil. Ya tiene un equipo de transición de más de 30 que no incluye mujeres. Bloomberg news dice que “en altos cargos puede nombrar hasta 50 sobre todo expertos en infraestructura y economía”. Un dato: solo el 15% de los electos en la Cámara de Diputados son mujeres, cuando éstas comprenden el 50% de la población del país. No ayuda el asesinato a balazos de la dirigente opositora del partido izquierdista PSOL, Marielle Franco, que atacaba la violencia policial. Bolsonaro tiene el reto político de Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela. Hablo de dar cabida a los médicos cubanos. Al gobierno de Bolivia le inquieta quedar fuera de la vía bioceánica. El Financial Times dice que “en asuntos del gas boliviano, Bolsonaro será un dolor de cabeza para el sobreviviente de la ‘ola rosada’, Evo Morales”.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |