Empezaron las campañas político-partidistas; el MAS, partido de gobierno, ejecutor de grandes despliegues propagandísticos desde hace largo tiempo, reanuda de día en día la contundencia de su publicidad y propaganda recurriendo a cualquier sistema en favor de su casi candidato que, por cuarta vez, busca la Presidencia. Los partidos de oposición, disgregados y divididos, a veces contrarios entre sí, eligen a sus posibles candidatos a las elecciones primarias de cuyo resultado final saldrá el candidato para las elecciones de octubre; pero…
El país tiene que observar conductas poco dignas especialmente por parte de quienes tienen poder y dinero porque “se saca” a luz, desde las tinieblas de la demagogia, del olvido y de lo que se quiere que sea, cualquier cosa en contra de los posibles rivales; no se muestra consideración alguna y se lanza al aire lo que sea, pero que sea creíble, que tenga algo de veracidad, que si ocurrió en su momento a nadie se le pasó por la mente denunciarlo y ponerlo en manos del Legislativo y de los Tribunales casos que, se dice, son de corrupción.
Las campañas en contra de posibles rivales despiertan, como es lógico, reacciones de las partes acusadas que, a su vez, tienen su buen bagaje de cosas que endilgar a quienes los acusan; así, en un “mare-magnum” de dimes, diretes, acusaciones, enrostramientos, calumnias o posibles certezas tiende a agravarse el desarrollo de una campaña proselitista que busca el poder -o prolongarlo indefinidamente- no importa si divididos, confrontados como si se estuviera jugando al azar para ver qué resulta, qué pasa y a dónde se llega.
Los ánimos se caldean y surgen, cada día, nuevos dardos y derrame de venenos que, más temprano que tarde, ingerirán los que hoy se han erigido en acusadores, en fiscales o jueces; surgen, pues, posiciones radicales, reñidas y entre quienes están en el poder y quienes lo buscan. Hay un despliegue publicitario donde se pretende mostrar errores, defectos, faltas y hasta posibles delitos del contrario. El pueblo, especialmente televidente, empieza a cansarse y aburrirse de todo; pero, lo más importante, comienza a decepcionarse, agregando dosis de arrepentimiento por no haber sabido elegir en elecciones anteriores.
La población dividida entre quienes están con los resultados del referendum del 21 de febrero de 2016 y los que no lo están y creen que “todo fue una mentira” aunque, al conocerse los resultados del No a la reelección, conjuntamente el pueblo fue reconocido por quienes hoy vituperan de él. Se dice, especialmente por parte de ingenuos, que lo que ocurre “es parte del juego democrático”, pero sin convenir en que ese juego debería ser respetuoso, con mucha altura, honestidad y responsabilidad con el país. Se olvida que el pueblo es el que eligió a quienes están en el poder muy cerca a trece años, que ese pueblo les dio su confianza y, sobre todo, la creencia de que, por las políticas de “cambio” que pregonaba al iniciar su gestión, no se repetirían yerros de pasados procesos electorales y de gobiernos. Los candidatos de oposición, parece que también buscan recorrer los mismos caminos de la confrontación y lo que consiguen es que el pueblo se decepcione y frustre y, si antes no sabía qué hacer y a qué atenerse, hoy sabe menos.
Un mínimo de sindéresis y respeto debería impulsar a los contendientes en la campaña a observar conductas dignas y limpias, porque lo que enrostran a unos, les cae a varios en forma multiplicada hasta el extremo de salpicar a muchos. Todos hablan de la democracia y la necesidad de acatar la Constitución Política del Estado; pero, por intereses creados y conveniencias circunstanciales, hay olvido de lo que más se debe tener presente. Hay hipocresía y exceso de doblez y petulancia en quienes hacen ostentación de lo que se dice que han hecho obras; otros muestran su aporte al empleo, a conseguir mejores condiciones de vida; señalan sendas de respeto y, si todo eso fue hecho por conveniencia circunstancial, ahora, en la campaña por interés electoral parece que hay que centuplicarlo y hacer más cada vez mejor.
La demagogia y la petulancia hechas populismo siempre hacen daño y causan decepción al pueblo que merece respeto y consideración; es digno de que en el gobierno y la oposición, conjuntamente la ciudadanía, se tenga conciencia de país y se eviten posiciones antagónicas baratas, bajas y hasta sucias porque manchan las virtudes, los valores y principios que deben regir en todo instante y mucho más en tiempos pre o electorales que son derecho del pueblo y al que gobernantes y políticos están obligados.
De la conducta que tengan los candidatos y sus adherentes depende que la votación tanto de las primarias como de las generales de octubre, sean limpias, creíbles, conscientes y prueba de que el Tribunal Supremo Electoral que debe actuar sin brisna de mancha alguna, ha obrado correcta, transparente, honesta y responsablemente. De esas conductas depende que en las elecciones no reinen los votos blancos y nulos y, mucho más, que el ausentismo tenga grandes proporciones.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |