Elio Pacheco Colque
Un mes antes de las fiestas de fin de año, las noticias sobre hechos delictivos empiezan a captar mayor atención, no solo porque existe cierta prioridad por temas relacionados con la seguridad, sino porque es la temporada de mayor flujo de recursos económicos para atender varias obligaciones.
Las organizaciones delictivas y sobre todo aquellos individuos que hacen uso ilícito de armas de fuego aumentan sus actividades por las fiestas de fin año, debido al mayor movimiento económico, pues los ciudadanos se movilizan para adquirir diferentes mercaderías e insumos, lo que puede poner al descubierto nuestras debilidades en la hora de protegernos.
En el mundo del hampa hay diferentes formas de actuar, que se califica como “modus operandi”, por las cuales se caracterizan los lanceros, descuidistas, escapistas, boteros, tipidores (que hurtan celulares, carteras, billeteras, joyas personales), monrreros (que ingresan a domicilios), “autoridades” (que se hacen pasar por policías). Estas organizaciones suelen aparecer en los lugares comerciales, donde hay aglomeración de personas, para poder sustraer objetos como celulares, billeteras, carteras, joyas y otros, por lo que nuestra ciudadanía debe tomar previsiones cuando realice sus actividades en áreas comerciales.
Es importante desconfiar, lo que se convertirá en uno de los factores para resguardar objetos de valor. Es necesario evitar los retiros de considerables sumas de dinero y más bien elegir el pago de estas transacciones mediante una cuenta bancaría. Es mejor no hacer pagos de considerable cuantía en efectivo, porque los delincuentes están al acecho de la gente que recurre a las entidades financieras.
No se debe activar el teléfono celular en tales lugares, pues hacerlo se convierte en una invitación directa para ser víctimas de hurto. No hay que distraerse con personas que uno no conoce. Es mejor hacer compras en centros comerciales que inclusive llevan cámaras de seguridad. Es útil hacerle saber al vecino que está abandonando su domicilio, para de esta manera evitar robos en la vivienda.
Los lanceros operan en grupos, para distraer y sustraer, y luego escapar con lo sustraído, por ello debemos tener cuidado para no ser sorprendidos por este tipo de sujetos que se adueñan de lo ajeno.
Por las proximidades de las fiestas de fin de año o el pago de beneficios sociales, los robos aumentan de 8 a 10 casos diarios. Incluso en tres de los casos atendidos en noviembre de este año, los delincuentes hicieron uso de arma de fuego en contra de sus víctimas.
Actualmente El Alto cuenta con más de 100 cámaras, distribuidas en diferentes puntos de esta urbe, como en la 6 de Marzo, calle Jorge Carrasco, avenida Franco Valle, calles Tiahuanaco y Antofagasta, barrio Ferropetrol, y unidades educativas que ayudan a la vigilancia, pero tales recursos resultan insuficientes en la hora de ser víctimas de los atracadores y no ser socorridos oportunamente.
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