El piloto inglés terminó la temporada de Fórmula Uno con victoria para seguir celebrando su pentacampeonato.
El inglés Lewis Hamilton (Mercedes), que hace un mes ya había asegurado, en Ciudad de México, su quinto Mundial de Fórmula Uno, ganó ayer el Gran Premio de Abu Dabi, el último del campeonato, que sirvió de despedida de la categoría reina del doble campeón del mundo español Fernando Alonso.
Hamilton, que el sábado había elevado a 83 su propio récord histórico de ‘poles’, logró su undécima victoria del año, la septuagésima tercera de su carrera en F1, al ganar en la pista Yas Marina por delante del alemán Sebastian Vettel (Ferrari) -subcampeón mundial- y del holandés Max Verstappen (Red Bull), una carrera en la que Alonso acabó undécimo y su compatriota Carlos Sainz (Renault), sexto.
El insaciable Hamilton se duchó literalmente en champán en el podio de Yas Marina tras cerrar con otra victoria, en la décima edición del Gran Premio de la capital de los Emiratos Árabes -en una prueba que como es habitual arrancó de tarde y acabó de noche y con luz artificial-, la quinta temporada triunfal de su escudería. Que festejó su quinto ‘doblete’ consecutivo, al ganar de nuevo el Mundial de pilotos y constructores.
Mercedes capturó, además, otros premios ‘menores’, como el de mayor número de ‘poles’, que se llevó, obviamente, Hamilton; y el de más vueltas rápidas, que fue para su compañero finlandés Valtteri Bottas, que se conformó con ser quinto, por detrás del australiano Daniel Ricciardo, que el año próximo será piloto de Renault.
Bottas perdió de esa forma la oportunidad de arrebatarle el tercer puesto final del campeonato -lo único que estaba en juego en Yas Marina- a su compatriota Kimi Raikkonen (Ferrari), que el año próximo cambiará coches con Charles Lecrerc (Sauber) -séptimo en Abu Dabi- y que, a pesar de abandonar, mantuvo la tercera plaza del certamen.
La carrera se ralentizó tras la primera vuelta, en la que entró a pista el coche de seguridad tras el espectacular accidente, en la primera vuelta, del alemán Nico Hülkenberg, compañero de Carlos Sainz en Renault.
Hülkenberg se tocó en la zona de las curvas 8-9 con el Haas del francés Romain Grosjean y dio dos vueltas de campana antes de estampar contra las protecciones su coche, cuyo motor comenzó a arder.
Por suerte, Hülkenberg -que acabó el Mundial séptimo y se coronó como ‘el mejor de entre el resto’ (‘the best of the rest’) en un campeonato en el que sólo podían ganar tres coches- no sufrió daño alguno.
EFE
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