Geopolítica de mar para Bolivia

La primera mujer civil, PhD y Máster en Seguridad, Defensa y Desarrollo, de la Escuela de Altos Estudios Nacionales, de nuestro país, es la socióloga Silvia Benítez Reyes, quien para lograr su doctorado redactó un modelo que es vital para la nación, bajo el título “Geopolítica de Mar para el Estado Plurinacional de Bolivia-Modelo Geopolítico de Reintegración Marítima para el Estado”.

Benítez dice: “la geopolítica mundial, regional y nacional propone relaciones de características diferentes en el Siglo XXI, entre ellas la integración de América Latina como paradigma nuevo a encarar en el corto plazo. Bolivia al ser parte de ella debe desarrollar nuevas opciones geo-estratégicas y geo-económicas que graviten en aspectos relativos al descubrimiento y explotación sustentable de nuevos recursos naturales, como los marinos. Su inserción en la economía global implica aprovechar de los mismos, y para lograrlo debemos concebir e instrumentar una geopolítica marítima que permita la producción, explotación y comercio boliviano en áreas marinas en las cuales se desarrolla gran actividad económica a nivel mundial. Primero, para consolidar la seguridad alimentaria del Estado, y segundo, garantizar mayor rentabilidad a través de una Marina Mercante potenciada con visión bioceánica. Esta iniciativa innovadora además consolidaría nuestra condición de eje geopolítico de Sud América”.

Sin embargo se presentan dos contextos emergentes del enclaustramiento marítimo: 1) la persistente negativa de Chile a dar solución de buena fe a la demanda nuestra, situación que empeoró con el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que resolvió que Chile no tiene compromiso de negociar con Bolivia una salida soberana al océano Pacífico; y, segundo, la falta de estrategias geopolíticas alternativas que posibiliten soluciones a través de la búsqueda de nuevas opciones de colindancia territorial e integración con otros países vecinos que faciliten recuperar la soberanía marítima a fin de tener acceso a los beneficios que proporciona el mar, puntualiza la autora de la obra.

Luego hace énfasis en que la geopolítica permite al Estado tomar decisiones políticas y estrategias para concretar acciones que, en este caso, permitirán el acceso soberano al mar para el disfrute de los beneficios de la condición marítima de Bolivia en el marco de la seguridad, defensa y desarrollo. John Agnew (1998) propone: “la necesidad de adecuar la imaginación política a los momentos de cambio actuales a nivel global”.

Hacer geopolítica de mar y reintegración marítima es abordar el tema desde los fundamentos filosóficos, ideológicos, y políticos de la Constitución Política del Estado Plurinacional y de los hechos fácticos como son: los históricos, geográficos y legales, a la luz de realidades del poder y política, de las relaciones internacionales, diplomacia e integración, para consolidar una geopolítica de mar con soberanía, conciencia y poder marítimo. La Geopolítica de Mar para Bolivia es la toma de decisiones ideológico-políticas en el campo de las relaciones internacionales para consolidar su presencia marítima con soberanía y poder marítimo en el marco de la reintegración, respondiendo al logro de los Intereses y Objetivos Nacionales.

Al mismo tiempo es fundamento para la formulación de políticas y estrategias que permitan generar seguridad, defensa y desarrollo marítimo. La presencia de Bolivia en el océano Pacífico es una demanda que se sustenta en aspectos geopolíticos, históricos, económicos, sociales, culturales y tecnológicos. La invasión de territorio marítimo por fuerzas extranjeras anuló todas esas posibilidades, por lo mismo la propuesta de abrir espacios de negociación geopolítica se convierte en una prioridad que abre espacios de concertación a nivel bilateral y multilateral en el concierto internacional, que facilitará el acceso de Bolivia al mar con soberanía y poder.

En pleno Siglo XXI resulta inaceptable que un país de “mar”, no tenga mar, como es el caso nuestro. Internamente, en la conciencia de los y las bolivianas, el mar se encuentra “cautivo”, por lo cual su liberación se ha convertido en una Política de Estado y en una responsabilidad ciudadana para los bolivianos.