En su intensa campaña publicitaria por los medios de comunicación y gastando grandes sumas de dinero, el gobierno anuncia con insistencia que se va reduciendo la pobreza en los diversos sectores de la población. Sin embargo, esas versiones optimistas son desmentidas por los hechos y los diversos cuadros dramáticos de miseria que se ve en las calles.
Esa pobreza se manifiesta de diversas formas, pero una de las más emblemáticas es la proliferación extraordinaria del pequeño comercio que se observa en grandes ciudades como La Paz o Santa Cruz de la Sierra, donde el problema ha adquirido carácter masivo y es, precisamente, una expresión generalizada del crecimiento de la crisis económica que sufren grandes sectores de la población.
Las calles están llenas de vendedores de toda clase de artículos, desde aparatos electrónicos hasta pasankalla, dulces, marraquetas, fruta, y una larga lista de mercancías que podría pasar el número de cincuenta. Los puestos públicos se encuentran en los lugares más increíbles e inclusive en las mismas puertas del Palacio de gobierno ((Casa del pueblo), el Legislativo, las dependencias judiciales e inclusive alrededor de las oficinas electorales y no menos de la Alcaldía.
Esta fantástica presencia de comerciantes al por menor no es una novedad, pero lo que hay que ver en este caso son las causas que la originan, aspecto que las autoridades no toman en cuenta y se limitan a atender los efectos que nada resuelven.
Al respecto se debe señalar que la causa principal del aumento del pequeño comercio es la pobreza de la población, que obliga a las personas a encontrar alguna forma de ganarse la vida y la única manera de solucionar ese problema es ponerse a vender en las calles cualquier clase de productos, de tal forma de ganar, por lo menos, para tomar una taza de café con pan al día.
En esa forma cientos de ciudadanos que no encuentran dónde trabajar y no quieren entrar en los campos de la delincuencia, ofrecen algo en venta, desde relojes electrónicos hasta manufacturas artesanales, siendo las mujeres especialistas en tejido. En ese sentido, se puede concluir que en La Paz los pequeños comerciantes ya son más que los compradores… y el problema sigue creciendo.
Un hecho que aumenta la preocupación es que el gobierno, -ajeno a la relación causa-efecto- prevé que el número de gremiales o comerciantes (a lo que denomina crecimiento de la clase media) se duplicará por el decreto que amplía el monto máximo del capital del régimen simplificado. Esto quiere decir que la cantidad de comerciantes va a ser aún más numerosa que la actual, y que el mismo gobierno es el que empeora esta situación.
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