El ilustre investigador Jhonny Navia Pérez, catedrático de la Universidad Mayor de San Andrés, se ha destacado analizando las complejas relaciones entre las transformaciones tecnológicas y la situación de la educación en Bolivia. El autor asevera que la educación boliviana ha experimentado algunos cambios en los últimos veinte años, y que, al mismo tiempo, las nuevas tecnologías están afectando de forma irreversible la esfera del trabajo, la dimensión del saber y la educación y otros aspectos de la vida que van desde el trabajo hasta la diversión. El autor se ha centrado en la problemática de las nuevas tecnologías informáticas en su relación con la educación superior. No hay duda de los beneficios que han producido estas nuevas tecnologías tanto en la formación de los educadores como en los educandos en variados niveles.
La utilización de las tecnologías de información y comunicación (TICs) se han vuelto indispensables en la formación integral de los estudiantes actuales en educación superior. Esto se debe a que los modelos educativos actuales tienden a una formación centrada en la persona. Hoy en día los estudiantes tienen una participación muy activa en su aprendizaje, pues el trabajo en equipo y la interacción con estudiantes y profesores han generado una superación del modelo educativo tradicional. El modelo constructivista de educación les permite hoy desarrollar habilidades de autoaprendizaje, de trabajo colaborativo y de responsabilidad en la toma de decisiones. El profesor se ha convertido en un guía y mediador del conocimiento. En este sentido el aprendizaje se ha transformado en un proceso activo y dinámico, a través del cual el alumno construye conocimientos valiosos a partir de su propia experiencia. Este proceso constructivista permite que los seres humanos construyan un aprendizaje realmente significativo para su formación a largo plazo. Las TICs se han introducido en este modelo y lo han convertido en el más adecuado para las demandas de la moderna sociedad. Así podemos comprender el rol de la educación a distancia, de la tele-enseñanza, de las prácticas en el ciberespacio y de otras modalidades de nuestra época.
El profesor Navia Pérez ha señalado sobre todo el rol cada vez más relevante de herramientas versátiles y potentes, vinculadas al gigantesco desarrollo de las ciencias computacionales. Las computadoras y sus aplicaciones nos permiten conseguir menores costos laborales unidos a una mayor potencia informativa, y asimismo entornos más amigables y sencillos que en épocas anteriores. Los procesos de información multimedia nos brindan accesos a servicios telemáticos que antes resultaban impensables y que hoy han hecho del proceso pedagógico algo mucho más razonable y de cobertura más amplia que en generaciones anteriores. Como ejemplo se puede mencionar el hecho de que hoy los procesos pedagógicos pueden convivir con una disminución y hasta desaparición del espacio físico. En la sociedad del hiperaprendizaje las antiguas categorías definitorias como escuelas, universidades, bibliotecas, profesores y estudiantes dejan de tener sentido. Ganan en importancia los tutoriales multimedia, las bibliotecas electrónicas, los hipertextos distribuidos ampliamente y las bases de datos en línea. Todo esto produce simultáneamente un mercado de materiales formativos en soportes tecnológicos adaptados al contexto de los estudiantes. Así es como ha surgido el concepto contemporáneo de “edutenimiento”, que es un híbrido entre educación y entretenimiento.
Como señala el autor Navia Pérez, la educación tiene que adaptarse a las novedades de la era tecnológica del Siglo XXI. Este autor nos muestra que los procesos tecnológicos actuales motivan un intercambio profuso y creciente de opiniones entre los pares profesionales y los estudiantes de nuestras instituciones de educación superior, pese a que hay todavía una cierta reticencia a utilizar las nuevas TICs. Debería incentivarse el uso obligatorio de estas nuevas tecnologías para estar a tono con los progresos mundiales, que es lo que ansían los estudiantes. Para ello, nos dice Navia Pérez, hay que propiciar talleres de actualización pedagógica, hay que incentivar el intercambio de opiniones entre los pares profesionales, hay que transformar las antiguas clases magistrales en talleres de autoformación y hay que mejorar el acceso de aquellos estudiantes que por la situación familiar no tienen a menudo un acceso directo a una buena formación pedagógica y a las nuevas tecnologías. Jhonny Navia Pérez nos muestra entonces con muchos ejemplos prácticos y con un notable conocimiento de los adelantos tecnológicos cómo se puede innovar nuestros sistemas de educación superior para hacer así un aporte notable al progreso de la nación.
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