Clepsidra
Hace exactamente un año, organizaciones campesinas y cocaleras convocaron a sendas movilizaciones para demostrar su apoyo a la repostulación del presidente Evo Morales como candidato en las próximas elecciones generales de 2019, pese a que la Constitución Política del Estado y el referéndum del 21 de febrero de 2016, se lo impiden tajantemente.
Sin embargo, la Central Obrera Boliviana (COB) se desmarcó de tal convocatoria que, a decir de su máximo dirigente Guido Mitma, era lo peor que podía ocurrir, dado el respeto que esa Central profesa por la Constitución y, actuar en contrario, significaría una clara traición al voto ciudadano y a los valores democráticos.
A esa patriótica cruzada se sumó el dirigente del Transporte pesado, Óscar Michel, que en un programa radial anunció que ese sector llegaría, si es necesario, hasta las últimas consecuencias, con el fin de evitar que Evo Morales se repostule nuevamente a la presidencia del país y, a luchar para que el binomio oficialista acepte no volver a postularse, porque el pueblo les dijo NO. Es más, Michel añadió: “No se ha hablado con el Comité lo que pueda suceder después del 8 de diciembre, pero yo aseguro a la población que el sector transporte de brazos cruzados no nos vamos a quedar”.
Al parecer, estos bizarros dirigentes no sabían que muchos de sus compañeros ya estaban en conversaciones con el gobierno y dispuestos a disfrutar de las mieles del poder, pues se sentían cansados de servirse de las migas que caían de la mesa y, simplemente optaron por participar del banquete, y no contentos con un hotel, vehículos, viajes y otras prebendas, decidieron exigir pegas en la administración central como: la Vicepresidencia, cinco ministerios, diputaciones, senatorias, la aduana o cualquier otra, con garra libre, que les garantice un buen pasar.
En momentos en que la fiesta del despilfarro socialista está llegando a su fin, y ya se sienten los primeros síntomas de la más repugnante resaca o chaky; con los invitados de honor presos o corriendo delante de los jueces, para evitar su captura; un tendal de borrachos y cleptómanos que se mamaron nuestras riquezas y se birlaron hasta la medalla del Libertador; se hacen presentes los infaltables quedadizos que no se convencen que la jarana ha concluido, y porfían en su afán de que la chupa continúe.
Lo peor de estos juerguistas es que han despertado la antipatía de los vecinos que claman por que se silencie a la banda y se frene los desmanes de la borrachera. Recuerdan que el vecindario, en su totalidad, ha decidido emplazar líneas de conducta ajenas a la pea socialista, al peligroso tráfico de drogas que amenaza la seguridad de sus familias y a los delincuentes que merodean el vecindario.
¿Será tan difícil persuadirse de que la fiesta ya se acabó? ¿Y llegar hasta el extremo de que los vecinos tengan que ingresar a nuestros predios a cortarnos la luz? O que fuerzas extrañas persistan en que mantengamos el jolgorio hasta el último momento, por las inmensas deudas que contrajimos para su organización, hasta la de convertir a la Central Obrera en una mafia maniobrera.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |