El arbitraje boliviano

En las últimas fechas del campeonato “Clausura” de la División Profesional, la atención se centró en la actuación de los árbitros como protagonistas de cada partido siendo que los mismos deberían pasar inadvertidos para obtener una buena calificación.

Sin embargo tenemos que ser realistas que desde la creación de la FBF, no se tomó con la debida seriedad la preparación de este vital sector del fútbol luego de su egreso de los Colegios de Árbitros de sus respectivas Asociaciones Departamentales, donde el manoseo de los dirigentes se hizo patente, digitando las designaciones que luego se hicieron crónicas y pusieron en duda la IMPARCIALIDAD de los mismos por estas actitudes deshonestas que mellaron la dignidad de los jueces, porque sigo creyendo, me dirán ingenuo, que el árbitro no actúa premeditadamente en perjuicio de uno u otro equipo.

En la actualidad la FBF en el Art. 49.- de su estatuto, tiene determinadas las funciones de la COMISIÓN DE ÁRBITROS compuesta por un presidente y dos integrantes que necesariamente tienen que ser ex árbitros. Esta comisión es independiente y tiene a mano actualmente a escasos árbitros de nivel para su designación y como consecuencia de esta situación se reitera el nombramiento de quienes tuvieron una actuación anterior deficiente, porque lastimosamente es lo único que tenemos.

Debemos también ser claros que muchos jugadores abusan de la persuasión de los jueces y llegan desde el insulto a las acciones de hecho y que de ajustarse al FAIR PLAY (juego limpio) los equipos quedarían diezmados en cada partido si recordamos que nuestros representativos en los partidos de las Copas Libertadores de América y Sudamericana concluyen los cotejos en un 90% con expulsados porque creen que están con árbitros bolivianos que les aguantan todo.

Todo este panorama se agrava con las sanciones leves que imponen los Tribunales de Justicia Deportiva, donde las agresiones a los jueces se penan solamente con seis meses de suspensión y no dos años como corresponden, de donde se deduce que estos tribunales al no ser drásticos en sus sanciones, también son culpables de los deficientes arbitrajes mientras no respalden las decisiones de los árbitros que son mediáticamente amenazados por los dirigentes.

Sabemos que el equipo perdedor siempre culpará al árbitro por sus derrotas pero actualmente las acusaciones no solo apuntan al juez, ahora señalan a los dirigentes de influir hasta en los resultados de los partidos mediante el arbitraje, lo que nos obliga a exigir a la Comisión de árbitros a que denuncien a los dirigentes que gracias a los cargos circunstanciales que ocupan, tratan de enlodar la actuación de los jueces para favorecer a tal o cual equipo con sus decisiones. Esperemos que la independencia de la Comisión de árbitros sea respetada consecuente con su independencia dentro la estructura de la FBF y no corra el mismo riesgo de los Poderes del Estado Boliviano. Por lo menos que el deporte se encuentre exento del totalitarismo.

Dr. Edgar Linares Mariscal,

fundador y ex asesor legal de Fabol