Héctor Revuelta Santa Cruz
Se ha ampliado, como todos los años, el plazo para la inspección técnica de vehículos en vista de que solamente habrían cubierto a no más de un 69 % del parque nacional de vehículos. Pero vale la pena preguntarse: ¿A qué se debe la reticencia, desinterés, indolencia o desidia para llevar sus vehículos para que sean inspeccionados? Las razones, probablemente, sean varias, entre las cuales se puede pergeñar las siguientes:
Hay personas que consideran que es una actividad innecesaria porque piensan que ellos mantienen adecuadamente sus vehículos y no requieren de una inspección, o porque la inspección no disminuye el índice de accidentes atribuibles a fallas mecánicas y, en consecuencia, no tiene razón de existir (Según el INE, entre 0.10 y 1.9 % del total de accidentes, según departamentos, son atribuibles a fallas mecánicas; sin embargo hay muchos muertos en carreteras imputables a estas fallas, cuando en el fondo, en numerosos casos, son efectos de la negligencia del conductor).
Otro grupo puede ser porque su vehículo se encuentra en malas condiciones y no tiene el dinero suficiente para efectuar las reparaciones o simplemente no tiene recursos, por ejemplo, para comprar llantas, adecuadas a su presupuesto.
Es probable que haya propietarios que no tienen sus papeles en orden porque, entre otros, saben que sus vehículos son truchos y temen que se los puedan quitar, además a muchos otros vehículos les cambiaron el motor comprado en el mercado negro, sin papeles y no coincide su número con lo indicado en el Ruat.
Otra gente no tiene el tiempo y paciencia para hacer largas colas, aunque en el inicio de las inspecciones no las hay.
Algunos piensan que los requerimientos son muchos e innecesarios, como el Ruat original y fotocopia, cédula de identidad, herramientas, licencia de conducir vigente extinguidor, triángulos de seguridad, botiquín, etc.
Finalmente otras personas, quién sabe si las más, esperan hasta los últimos días del calendario de inspecciones y se encuentran con largas colas que pueden, con frecuencia, durar más de un medio día. Algunos propietarios, para no perder el tiempo hábil de trabajo, hacen cola desde las cuatro de la mañana, o antes.
Según el Código de Tránsito: “La inspección es la constatación de las condiciones de funcionamiento técnico-mecánicas, capacidad y comodidad del vehículo, para la seguridad y eficiencia del servicio” (Art. 27). El Art. 104, de su reglamento, indica… durante la inspección se tendrá especial cuidado en la revisión de los sistemas de dirección, frenos y luces”.
En cuanto se refiere a los medios de auxilio, el artículo 39 del RT indica: “Todo vehículo de cuatro o más ruedas, sea de servicio oficial, diplomático, público o particular, para efectuar viajes, estará obligatoriamente equipado de los siguientes medios de auxilio: Botiquín: que contenga elementos de primeros auxilios como ser agua oxigenada, mercurio cromo, algodón, vendas, gasas, anticoagulantes, analgésicos y alcohol…”.
Ahora bien: ¿Cuán útil y necesario es el botiquín, particularmente en la ciudad, suponiendo el accidente más pequeño, como provocar a un peatón un raspetón en las manos al haberlo hecho caer al suelo con la puerta del vehículo? ¿Será que el conductor se ponga a curarlo, con agua oxigenada o mercurio cromo, previa colocación de guantes y barbijo, en la calzada o en la acera? ¿Si usted, amable lector, presenciará esta “curación” qué diría o qué haría? Me pongo en su lugar y lo mínimo que diría es: ¡llévelo a la clínica!... Los propietarios de vehículos, para pasar la inspección, muchas veces se prestan entre ellos botiquines y extinguidores, y si tienen dos vehículos pasan de uno a otro.
Si la intención de sacar fotografías al propietario y al vehículo y exigir documentos es encontrar anomalías en la propiedad, no creo que se logre ese propósito, porque esos propietarios, con problemas, encontrarán alguna manera de burlar la norma, además de desvirtuar el propósito de la inspección.
Es de reconocer que la inspección de vehículos es necesaria, no solamente por lo que indica el Código de Tránsito sino es una forma de estimular la cultura del mantenimiento, muy disminuida en nuestro país. Pero para que tenga mayor aceptación se requiere solamente cumplir lo que dice dicho Código: la presencia física del vehículo con sus elementos de auxilio: gata, llanta de auxilio, triángulo, llave cruz y extinguidor y ningún documento, ya que los antecedentes del vehículo están en la base de datos del Organismo Operativo de Tránsito.
El autor es Ing. Civil, docente de Ing. del Tráfico de la Facultad de ingeniería de la UMSA y coautor del Código Nacional Tránsito.
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