Algunos comentarios
En un reciente artículo publicado por Notiamerica.com (Véase: https://www.notimerica.com/politica/noticia-bolivia-evo-morales-sigue-creciendo-mitad-crisis-sufre-iberoamerica-20181129185149.html), se da la impresión de que Bolivia es un ejemplo de crecimiento para América Latina y el mundo. El reportaje recoge las opiniones del sociólogo Antonio Abal y el Vicepresidente del Estado.
Comentemos primero sobre lo que dice el sociólogo antes mencionado:
“Los ejes de crecimiento de Bolivia se debe a una política basada en nacionalizaciones de sectores estratégicos, como las comunicaciones, los hidrocarburos y la minería; la redistribución de los ingresos estatales, sobre todo en infraestructura productiva; el fortalecimiento del mercado interno; una política monetaria de apreciación de la moneda nacional, es decir, una desdolarización de la economía; y finalmente una fuerte inversión en procesos industriales como el litio, lácteos, textiles, etc… y fomento de las pequeñas y medianas empresas, con facilidades en los soportes crediticios”.
Al respecto, conviene hacer los siguientes comentarios:
1.- Es necesario aclarar que el principal determinante del excedente económico en hidrocarburos y minería fue el precio internacional de los hidrocarburos y los principales minerales de exportación. Indudablemente, la nacionalización de los hidrocarburos generó un excedente adicional para la economía boliviana debido al control de la cadena productiva y, en particular, el eslabón más importante de la misma, es decir, la comercialización de los combustibles fósiles. Asimismo, la nacionalización de las telecomunicaciones también tuvo un impacto positivo, aunque mucho menor, en la economía. Pero, sin la evolución tan favorable de las cotizaciones internacionales antes señaladas, particularmente en el período 2006-2014 (excluyendo del análisis el año 2009 por la crisis financiera internacional, por supuesto) en este momento hubiéramos tenido que hablar de crisis antes que de crecimiento.
Para concluir este acápite, hay que dejar establecido que no hubo nacionalización de la minería (que reportara beneficios para el Estado) ni mucho menos. Sucedió más bien todo lo contrario. El gobierno de Evo Morales profundizó la privatización de la minería en Bolivia. Al respecto, se estima que una sola empresa privada extranjera, Sumitomo, que opera Minera San Cristóbal, productora de zinc y plata en el departamento de Potosí representaría el 50‘% de las exportaciones de minerales en Bolivia (Véase: https://www.pressreader.com/bolivia/el-deber-cuerpo-b/20180218/281668255449990).
2.- Como resultado de un mayor ingreso de divisas al país se fortaleció la demanda interna, se pudo desdolarizar la economía y aumentaron los depósitos en la banca privada, lo que a su vez incrementó la oferta crediticia en el país. En consecuencia, el fortalecimiento del mercado interno, la desdolarización de la economía y el aumento de la oferta crediticia no fueron la causa del crecimiento económico en el país sino solamente algunos de sus efectos.
3.- No se puede hablar de un impacto importante de la inversión en procesos industriales como el litio, lácteos, textiles, etc. por cuanto según un reciente estudio del Cedla, (http://cedla.org/sites/default/files/revista_gspf_26_mas_ruido_que_nueces.pdf), las empresas públicas impulsadas por el gobierno de turno están plagadas de prebendalismo político partidario o corporativo, lo que plantea limitaciones en la capacidad administrativa e institucional de las mismas debido a la escasa preparación o experiencia de sus funcionarios. Así, en un análisis de 11 de las 16 empresas consideradas en el período 2007-2016, la pérdida alcanzaría a casi 2 mil millones de bolivianos. Del mismo modo, se observa que los ingresos de operación de dichas empresas cubren solamente el 70 % de los gastos operativos ejecutados, los cuales tuvieron que ser cubiertos con diferentes tipos de subsidios del gobierno central. Es más, en ese mismo período tales empresas consiguieron 4.700 millones de bolivianos de préstamos y sólo amortizaron 115 millones al capital hasta 2016. Por último, su contribución al fisco en forma de impuestos fue de apenas 700 millones de bolivianos.
4.- Respecto al litio, sólo me resta dirigir a mis lectores a mis tres últimos artículos sobre el tema: https://www.paginasiete.bo/ideas/2018/10/14/el-proyecto-industrial-de-cloruro-de-potasio-un-elefante-blanco-196601.html; https://www.urgentebo.com/noticia/la-asociaci%C3%B3n-entre-ylb-y-aci-systems-una-historia-de-posibles-devoluciones-de-favores; y https://www.urgentebo.com/noticia/la-asociaci%C3%B3n-entre-ylb-y-aci-systems-una-historia-de-posibles-devoluciones-de-favores, donde alerto al pueblo boliviano sobre las falacias del gobierno central en torno a los supuestos logros de este proyecto así como sobre los peligros que se ciernen sobre nuestro país de concretarse los planes de YLB de asociarse a la empresa alemana ACI Systems para industrializar el litio del Salar de Uyuni.
En relación con los comentarios del vicepresidente, muy coincidentes con los del sociólogo Abal, por cierto, sólo cabe anotar que la segunda autoridad del Estado:
1.- Incluye entre los sectores generadores de excedente económico a Electricidad (además de Hidrocarburos y Telecomunicaciones) que, como se sabe, no pasa de ser un buen deseo suyo porque este sector, a pesar de la retórica del gobierno, aun no se ha convertido en factor dinamizador alguno de la economía.
2.- Menciona el rol de la redistribución de la riqueza sostenible como un factor de ascenso social de las clases populares que, aunque no se señala explícitamente en el artículo, habría contribuido a la creación de un mercado interno más fuerte, para fundamentar su hipótesis hueca sobre el rol de la demanda interna en el crecimiento económico del país que, como ya anotamos, no constituye una causa sino un efecto del crecimiento económico causado por el aumento de los precios internacionales de las principales materias primas de exportación bolivianas.
3.- Se refiere al rol de la ley de servicios financieros que habría permitido “la articulación entre el capital bancario y el productivo”, lo cual aún dista mucho de constituirse en otro factor dinamizador de la economía si se tiene en cuenta que, según un estudio del gobierno, entre 2014 y 2018, los créditos para vivienda de interés social crecieron a una tasa (609%) cuatro veces superior a la de los créditos productivos (149 %) (Véase: https://www.economiayfinanzas.gob.bo/index.php?opcion=com_prensa&ver=prensa&id=4181&categoria=5&seccion=306) y que los créditos “ineficaces” otorgados a sólo 11 empresas públicas entre 2007 y 2016 equivaldrían a casi la mitad del monto total desembolsado para créditos productivos a agosto de 2018.
En suma, el artículo en cuestión no pasa de ser un instrumento más de propaganda política muy favorable al gobierno en tiempos en que éste se empeña en convencer al ciudadano de a pie que si los actuales gobernantes dejan el poder el año 2020, sólo podríamos esperar un virtual colapso de la economía, algo que, sin embargo, no puede demostrar -ni por casualidad- el articulista del sitio Notiamerica.com.
El autor es Economista.
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