“Días Detenidos”, reflexión sobre el “tiempo sin tiempo”

El escritor Guillermo Augusto Ruiz fue distinguido anoche con el Premio Nacional de Novela, por su obra “Días detenidos”.

Guillermo Augusto Ruiz (G.A.R.) en entrevista con EL DIARIO (E.D.) comentó sobre su obra ganadora y sobre la inspiración que recibe para escribir.

(E.D.).- ¿Cuál fue su reacción al saberse ganador del Premio Nacional de Novela?

(G.A.R.).- La de un futbolista cojo y tuerto al meter un gol de tiro libre con ángulo cerrado.

(E.D.).- ¿Por qué el título Días detenidos?

(G.A.R.).- Días detenidos es un título que puede tener varias lecturas. Primero, podría ser un oxímoron para designar la realidad del tiempo (no el tiempo del reloj, sino el tiempo psicológico, descrito por Bergson y Proust): el flujo temporal y el reflujo del pasado, a través de la memoria aparecen como dos oleajes constantes y contradictorios. De ahí, en la novela, el juego de los tiempos verbales, que suelen alternar entre presente y pasado.

Luego, Días detenidos podría remitir a los tres meses que dura la acción, en los cuales ha quedado suspendido el cauce normal de la vida de la protagonista. En este sentido, traduciría igualmente el ámbito en que se mueven ciertos personajes. Por ejemplo, desde la muerte violenta de su marido y la pérdida de su casa, la madre de Lea ha quedado suspendida en un vacío que parece irremediable. Esa parálisis es una amenaza que se cierne sobre la vida de Lea. De hecho, la obsesiona la imagen del Choqueyapu seco (ya que, como todos sabemos, en diciembre de 2016 La Paz padeció una de las peores sequías de su historia), teme que su vida se convierta en ese “río sin agua, tiempo sin tiempo”.

Por fin, dando un salto a lo colectivo, Días detenidos podría plantear una pregunta antigua sobre la historia: ¿Avanza o no avanza? ¿Tiene sentido o es solo un festín de violencia destinado a borrarse y desaparecer como todo lo demás?

(E.D.).- ¿Cuánto tiempo le llevó escribir la obra?

(G.A.R.).- años.

(E.D.).- ¿A quiénes dedica el premio?

(G.A.R.).- A toda mi familia, la de Bolivia (padres, tíos y primos), y la de aquí (mi esposa y mis hijos). Mención especial para mi madre y mi abuela Dora, verdaderos personajes novelescos.

(E.D.).- ¿Cuántas novelas escribió?

(G.A.R.).- Solo esta, por el momento.

(E.D.).- ¿Desde qué edad escribe?

(G.A.R.).- Desde que era adolescente. Empecé escribiendo canciones de rock, luego cuentos, después poesía, volví al cuento,… En fin, una historia larga.

(E.D.).- ¿Quién fue su fuente de inspiración para escribir novelas?

(G.A.R.).- A ver, unas cuantas novelas que me han dado ganas de escribir novela, en irrespetuoso desorden: La metamorfosis, de Kafka; La maravillosa vida breve de Óscar Wao, de Junot Díaz; El exilio voluntario, de Claudio Ferrufino; La caída, de Albert Camus; El informe de Brodeck, de Philippe Claudel; la novela que Borges nunca escribió, pero legible entre líneas en sus cuentos y ensayos.

Pero creo que es la vida –el paso del tiempo–, lo que me ha llevado a escribir una novela. Porque es el género que mejor captura la vivencia del tiempo que pasa, de los años que liman todo hasta hacerlo desaparecer.

(E.D.).- ¿Cuáles son sus futuros planes como escritor?

(G.A.R.).- Desde que acabé la novela no he dejado de escribir: ensayos, cuentos y también traducciones de cuentos (Buzzati, sobre todo). Creo que estoy tratando de alejar la novela de mi mente.

(E.D.).- ¿Actualmente a qué se dedica?

(G.A.R.).- Desde hace ya varios años soy profesor de lengua y literatura aquí en Albi, una hermosa ciudad al sur de Francia. Me gusta jugar al ajedrez, tocar la guitarra y salir a correr. Me encanta estar en familia.

(E.D.).- ¿Algún mensaje para la juventud?

(G.A.R.).- Hermano, haz las cosas en serio sin tomarte en serio. Sólo el arte es real: el resto es vanidad y persecución del viento.

OTROS PREMIOS

El escritor fue premiado ayer en ceremonia celebrada en el Centro Sinfónico Nacional, junto a los ganadores de otras categorías, como Premio Nacional de Poesía “Yolanda Bedregal”, Anuar Elías Pérez, con la obra “Simulacro de Mudanza”; Premio Guamán Poma de Ayala en Lengua Originaria, Rubén Ilari Quispe, con la obra “Aruskiptasipxañanakasakipunirakispawa”; Premio Nacional de Literatura Infantil, ganador Rudy José Terceros Lira, con la obra “Aventura de un Pueblo” y el Premio Nacional de Literatura Juvenil, César Leonardo Herrera, con la obra “La Cruz de Jaen”.