Las protestas de los “chalecos amarillos” franceses contra el gasolinazo terminaron en enfrentamientos con la Policía en París y otras ciudades, dejando un saldo de más de 1.400 detenidos y un centenar de heridos.
En París entraron en acción por primera vez en la historia de la ciudad los vehículos blindados de la gendarmería para apagar barricadas, en la cuarta jornada de manifestaciones de los “chalecos amarillos”, llamados así por las prendas fluorescentes que visten.
El presidente Emmanuel Macron cedió anulando la medida, que formaba parte de un plan para combatir el cambio climático, y congeló los precios del gas y la electricidad durante los próximos meses.