Jugadas dignas, unas, e indignas, otras, marcaron la historia del quehacer político y del amor, en este jirón del continente americano.
En este marco pocos fueron quiénes jugaron de manera desinteresada. Los más lo hicieron sujetos a ciertos intereses.
Todo es interés, de veras. La billetera tiene mucho poder en la política y el amor. “Cuanto tienes, cuanto vales”, dice la copla popular. Y eso es cierto. “Nada tienes, nada vales”, ¿no es verdad? Pero con la billetera llena algunos no pudieron lograr su objetivo. Desgraciadamente éstos pecaron de tontos.
No han sido cautos, en estos emprendimientos. Actuaron con la cabeza caliente y con los pies sobre las nubes. Se turbaron, se irritaron y perdieron la sindéresis, ante situaciones inciertas. Amenazaron e intimidaron, sin medir consecuencias. La serenidad jamás pudo imponerse, entre ellos, para llegar a buen puerto. Salvo en algunos casos.
Cantaron victoria antes de tiempo, pues “el pan suele quemarse en la puerta del horno”, como decían nuestros abuelos. No tuvieron paciencia. No esperaron los resultados con calma y sin estresarse. El trofeo llega, en algunas ocasiones, de forma inesperada. Entonces habría que acariciarlo, besarlo y adorarlo.
En la política y el amor hay reveses que a uno lo dejan atónico. Muchos acabaron con sus vidas, al haber visto frustrados sus propósitos. O lloraron, amargamente, hasta incrementar el caudal del río Choqueyapu. Ante estos sentimientos que hieren y matan, no hay otra alternativa que resignarse. Pero también hay otros que apasionan. Éstos lo agarran a uno, como la miel a la mosca. Ni cómo liberarse de esta realidad engorrosa pero dulce.
La política y el amor son tan cambiantes, como el clima de nuestra “Ciudad Maravilla”. Por la mañana hace un buen tiempo y por la tarde se indispone. Llueve a cántaros y provoca desastres. La inestabilidad en el tiempo, en la política y el amor, es imprevisible.
La suspicacia es otro de los elementos que deteriora, que aleja y enemista, a quienes están inmersos en el mundo de la política y del amor. Es que las dudas corroen el alma, quitan el sueño y se manifiestan en las ojeras. Dudas que a uno le hacen sentir menospreciado, desplazado y bajoneado. ¿Habrá otro aspirante mejor que yo?”, se preguntarán los afectados en su ego. En este contexto es difícil, por no decir imposible, construir proyectos de confianza, de entendimiento y tolerancia, con miras a un futuro mejor.
Ambas manifestaciones gozan de la simpatía ciudadana. No sólo en democracia sino también en dictadura. Militares y civiles lo practicaron, con diferencias, obviamente. Unos torpes y otros caballeros, ocuparon tales espacios. Ello corrobora que fueron protagonistas de la política y del amor.
En suma: la locura de la política y del amor siempre ha involucrado a la mayoría de los mortales.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |