Adrián Javier Álvarez Arismendi
Rosario Larrea, doctora en psicología, en una entrevista publicada por EL DIARIO aseguró que las denuncias referidas a delitos contra las personas, como son las lesiones graves y leves, demuestran una sociedad donde se está anulando las emociones y se comete actos de violencia.
Según la especialista, nuevas generaciones, desde la adolescencia y parte de la adultez, al ser las que generan peleas callejeras y riñas, muchas veces en estado de ebriedad, se convierten en mayor riesgo porque se anula totalmente la razón y se termina en la comisión del delito, con muerte de personas por emoción violenta.
Las instancias responsables de atender estos delitos a nivel nacional establecen que hubo 3.825 denuncias de lesiones graves y leves, lo cual refleja el grado de intolerancia entre las personas, en nueve meses de esta gestión.
Entendemos la intolerancia como la intransigencia, terquedad y obstinación por no respetar a las personas que poseen pensamientos diferentes, bien sea en el ámbito político, o religioso, cultural, sexual, racial. En muchos de los casos manifestamos rechazo, no solo de manera verbal sino sobre todo con violencia, que representa la acción directa de la intolerancia.
Muchas de estas acciones surgen sobre todo cuando las personas se encuentran bajo los influjos de las bebidas alcohólicas, pretexto que varias veces se pretende utilizar, con el verso “borracho estaba, no me acuerdo”. ¿Será por eso que los departamentos del eje troncal del país, como son Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, registran las mayores cantidades de denuncias por agresiones que causan lesiones graves y leves?
De los 3.825 hechos de violencia que ocasionaron lesiones graves y leves, de enero a septiembre del presente año, en el departamento de Santa Cruz se atendió 1.142 denuncias, en La Paz 872 y en Cochabamba 684, mientras que el departamento de Chuquisaca se ubica en el cuarto puesto con 318 casos, Potosí con 312, Beni con 173, Pando con 74 y, finalmente, Oruro con 54 denuncias.
En el caso del departamento de La Paz, en la ciudad de El Alto hubo mayor número de denuncias, las cuales están registradas en las instancias de investigación. Muchas de estas agresiones no está relacionadas con las que son cometidas en el interior de las familias, catalogadas como de “violencia intrafamiliar”. Es decir que son cometidas en fiestas, acontecimientos sociales, encuentros deportivos, festejos barriales, entre otros eventos, donde luego del consumo de bebidas alcohólicas los participantes se involucran en agresiones físicas, amenazas verbales y hechos que pueden generar riesgo para la vida.
Dicha problemática de conducta es prevenible, sobre todo cuando a nivel del sistema de educación, público y privado, se establece mecanismos para orientar y evitar hechos de violencia. Es necesario recuperar la posibilidad de que las nuevas generaciones sean no solo tolerantes, sino ante todo proponentes en la hora de enfrentar problemas.
La violencia se convierte en una inadecuada respuesta a la frustración y no necesariamente permitirá hallar soluciones. Por el contrario, se corre el riesgo de involucrarse en la comisión de delitos, razón por la cual las instancias de Estado responsables de elaborar los contenidos de educación están a tiempo para definir materias que prevengan la violencia escalonada.
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