Phillip Bertrés
José E. Pradel B.
Durante el Siglo XIX, diversos franceses aportaron de forma muy significativa al conocimiento del país. De entre ellos, destaca el olvidado Phillip o Felipe Bertrés, quien realizó construcciones importantes y contribuyó al conocimiento geográfico de Bolivia.
Considerado erróneamente natural de Argentina por el escritor Nicanor Aranzaes, Bertrés nació en Poutous, Hautes Pyrénées (Francia) en 1785 y estudió ingeniería en la Escuela Politécnica de París o Escuela Superior Técnica del Ejército. En 1808, llegó al Virreinato del Río de la Plata como aspirante a oficial a bordo del bergantín ‘Consolateur’ y consecutivamente, combatió contra los invasores ingleses.
Dos años después participó en los movimientos revolucionarios de Mayo y luego se enroló al Ejército del Norte con el grado de teniente de ingenieros. Es necesario mencionar que Bertrés llegó por primera vez a los territorios de la Real Audiencia de Charcas como parte del ejército auxiliar argentino al mando del general José Rondeau, en 1815 y combatió en la batalla de Sipe-Sipe o Viluma, también se le ha situado en la posterior defensa de Chuquisaca.
El 11 de noviembre de 1816 fue ascendido al grado de capitán y según el investigador Roque Manuel Gómez, en 1818 “llegó a Tucumán, donde trazó el plano topográfico de la ciudad”. En 1821 fue ascendido al grado de teniente coronel por un Gobernador de Tucumán, luego se trasladó a Buenos Aires, donde se dedicó a la organización urbana de esta ciudad. Posteriormente retornó a Tucumán, donde presidió una Escuela Lancasteriana, hasta que huyó de la tiranía de Rosas a Bolivia, junto a otros emigrados argentinos en 1832 o 1834.
Estando en Potosí trabajó en obras públicas municipales. En 1836 Felipe desempeñó las funciones de suplente de Lógica y Matemáticas en la Universidad Mayor de San Andrés y un año después certificó a Antonio Machicao como Agrimensor y tasador de los predios rústicos y urbanos del Distrito Judicial de La Paz.
En 1839, Bertrés fue designado por el presidente José Miguel de Velasco como arquitecto y director de la construcción de la actual Catedral Metropolitana de Santa Cruz de la Sierra. Paralelamente, tuvo que paralizar el levantamiento del primer piso y el frontis de la Catedral de La Paz. Este mismo año nuestro biografiado también presentó un proyecto junto a dos presupuestos para construir un ‘Arco Triunfal’, que debía colocarse en la ciudad de La Paz, a la entrada de la Alameda.
Otra obra importante que realizó Bertrés es el fuerte de Pan de Azúcar, construido aproximadamente después de la batalla de Ingavi, situado cerca de Viacha y de Chuñuchuñuni. Edificada sobre base de piedra y adobe, actualmente se encuentra deteriorada por el tiempo. Esta fortaleza se construyó “aprovechando una antigua fortaleza precolombina, situada sobre una colina de granito que por su forma recibe el nombre de Pan de Azúcar”, señalan los esposos Mesa Gisbert. Es necesario mencionar que la fortificación tiene nichos interiores para el resguardo y estrechas cámaras para centinelas. Influenciado por la arquitectura triunfalista francesa, Ballivián mediante el decreto del 24 de noviembre de 1841 ordenó la construcción de un obelisco denominado ‘Pirámide de Ingavi’, en homenaje a la victoria de Ingavi. La responsabilidad de ejecutar la construcción fue encomendada a Bertrés, quien edificó en piedra la citada columna. Los esposos Mesa Gisbert atribuyen también a Bertrés la hermosa portada dórica de Cuartel, hoy Mercado Bolívar Central, ubicada en la calle Bolívar, de La Paz.
Posteriormente, nuestro biografiado fue adscrito al Ejército de Bolivia como coronel de ingenieros y junto al arquitecto José Núñez del Prado fundó la Escuela de Arquitectura Civil y Militar dependiente del Colegio de Ciencias, en 1842.
Es necesario mencionar que Felipe como ingeniero también construyó el puente de la Riverilla, en la ciudad de La Paz. El folletista Nicolás Acosta describió que para 1880, el barrio de La Riverilla abarcaba “de la calle del Mercado al río y la de Loaiza”. En 1839 trazó el camino de la Horqueta a la cuesta de Pelacos y proyectó un plano de un puente denominado ‘Espía’, sobre el río de La Paz.
Por otro lado, Bertrés dirigió la denominada ‘Mesa Topográfica’ desde 1842, la cual tuvo por objetivos: levantar un plano topográfico de todo el país y recolectar información estadística de los territorios visitados por los ingenieros agregados a la Mesa. En este contexto, como resultado del levantamiento de información, Felipe presidió la elaboración del Mapa Corográfico de Bolivia, publicado en Londres en el año 1845.
Otra derivación de su trabajo fue la publicación de la obra intitulada: Descripción Topográfica e Histórica de la Costa del Mar correspondiente á Bolivia, de sus Lagos y Ríos Navegables, con una Estadística particularizada en lo posible, en 1844. Organizada por una Introducción y dos capítulos, tiene por objetivo dar a conocer la navegabilidad de Bolivia, tanto de sus costas en el Pacífico como de sus regiones orientales y sobre la flora de los departamentos de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Beni.
Cansado, enfermo y endeudado, Bertrés retornó con toda su familia a Tucumán, a mediados de 1844. Cuatro años después regresó a Bolivia y construyó un puente de madera sobre el río Pilcomayo. En 1852 volvió a Tucumán y presidió la Junta Inspectora de Escuelas. Lamentablemente, mientras residía en Salta falleció el 27 de septiembre de 1856. A modo de conclusión, a través de esta nota describimos la historia de un gran agrimensor y geógrafo francés que contribuyó al desarrollo de Bolivia.
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