Adecuada infraestructura, provisión de vituallas, medicamentos y excelencia en el funcionamiento de quirófanos, laboratorios clínicos y recepción de pacientes con secciones de emergencia, son algunas de las condiciones que debe cumplir toda instalación hospitalaria; muchísimo más cuando lo existente ya está obsoleto y, en vez de servir para atención debida y oportuna a los pacientes, contribuye a su empeoramiento. Este es el caso del Hospital de Clínicas en La Paz.
Este hospital precisa, con urgencia, soluciones para sus problemas y buena atención en cuatro servicios: la unidad de emergencias, el bloque quirúrgico, terapia intensiva e imagenología, por lo que requieren atención inmediata. Sin embargo, con presteza y seguridad las autoridades anuncian el Seguro Integral, aunque tardará mucho su implementación, que no debería estar supeditada a improvisaciones ni parches momentáneos.
Las carencias son vistas por el público “en los quirófanos, áreas de especialidad y en los pasillos, donde centenares de pacientes deambulan con más temores que certezas de su estado de salud”. Evidentemente, este hospital tiene mucha antigüedad y requiere remodelaciones, adaptaciones y modernizaciones que contribuyan efectivamente a prestar debida atención a pacientes que, normalmente, esperan muchas horas cada día para ser atendidos por los pocos médicos que hay (ED 21-XI-18).
La salud es un bien que, conjuntamente la educación, no puede ser descuidada y requiere la máxima atención de las autoridades, que muchas veces prometen cambios y modificaciones, aunque, lamentablemente, no siempre se producen. La salud no debe estar supeditada a la resignación por “falta de presupuesto”, “carencia de medicamentos o vituallas o porque no se ha timado las previsiones necesarias para reemplazar todo lo inservible y obsoleto”. Para la atención de la salud se debe proveer lo mejor y más moderno, porque la tecnología -muchas veces cara- avanzó, de tal manera que lo único que requiere es que sea utilizada y sirva efectivamente a quienes padecen graves enfermedades.
Muchas veces en el pasado se ha sopesado las deficiencias habidas en todos los hospitales del país y se ha recibido, por parte de la población, la promesa de “atención inmediata” que nunca llegó, porque la inmediatez había servido solo para demagogia y populismo; entretanto, la población continuó debatiéndose en la pobreza extrema y sin poder acceder a buenos servicios hospitalarios, donde si bien trabajan buenos médicos, éstos no cuentan ni con implementos como vituallas y facilidades necesarias para una buena atención profesional.
Antes de pensar en “seguro total de la población”, habría que solucionar, casi inmediatamente, las falencias en el Hospital de Clínicas; hacerlo implicaría que “se está obrando con seguridad y posibilidades de éxito en los planes concebidos por el gobierno con miras a un seguro integral de la población”.
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