El desafío del PCC

El código penal del Primer Comando da Capital, la mafia narcotraficante más grande de Brasil, está ahora disputándole jurisdicción y competencia al Estado boliviano.

Ese código fue dado a conocer por O Estado de Sao Paulo en julio pasado y reproducido por Siglo 21: tiene vigencia en trece estados de Brasil y en territorios de Bolivia y Paraguay, decía el informe.

Pues bien, el punto de fractura se da en el eslabón más débil de esa cadena: el Estado boliviano que lleva doce años de un proceso de disolución, a manos de intereses similares a los del PCC.

El ciudadano Denver Pedraza está tratando de explicar el drama que vive desde que unos supuestos policías llegaron a su casa y se llevaron dos millones de dólares que pertenecían al PCC.

Pedraza fue director departamental de bienes incautados al narcotráfico de Santa Cruz en el gobierno del presidente Evo Morales y, de manera extraña, esos bienes, o muchos de esos bienes, desaparecieron. Fue a la cárcel por eso y luego cambió de patrón.

Ahora, cuando debe responder al PCC, se pone muy serio, mostrando que tiene más respeto por esta su nueva responsabilidad. En un canal de Tv dijo el lunes pasado que él está preocupado porque se trata de “un caso internacional”, casi diplomático, entre dos poderes: el Estado boliviano y el PCC.

Dice que los policías que luego llegaron a su casa para investigar su denuncia se ocuparon de borrar con un paño todas las huellas que podían haber dejado los ladrones.

El hombre no sabe a quién acudir, ahora que desconfía de la policía del Estado boliviano. Y sabe que, en cambio, con el PCC y sus leyes no se juega. El código es una enumeración de disposiciones para castigar a los que le fallan a la mafia, pero las sanciones más duras están dirigidas contra quienes se aproximaren al Comando Vermelho, la mafia carioca que es la rival.

Pedraza está desesperado. Tiene un plazo para devolver ese dinero al PCC. Ha ofrecido 10.000 dólares a cada persona que le ayude a dar con los ladrones. Teme que, como dice el código, el PCC ejecute a toda su familia.

Ninguna serie sobre la vida de los narcos había imaginado una situación similar. Que llegara un conflicto de competencias, de soberanía, entre un Estado supuestamente soberano y una organización mafiosa.

El presidente de las seis federaciones del Chapare debería decir algo.

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