Discos de formación planetaria
Hace unos 4.600 millones de años, nuestro sistema solar era un remolino turbulento de gas y polvo
Pekín (China).- La formación de supertierras y planetas del tamaño de Neptuno en estrellas jóvenes parece ser mucho más común de lo que los científicos pensaban, por discos de formación de mundos.
Al observar una muestra de estrellas jóvenes en una región de formación estelar en la constelación de Tauro, una nueva investigación encontró que muchas de ellas estaban rodeadas de estructuras que se pueden explicar mejor como trazas creadas por planetas invisibles y jóvenes. La investigación, publicada en el Astrophysical Journal, ayuda a los científicos a comprender mejor cómo surgió nuestro propio sistema solar.
Hace unos 4.600 millones de años, nuestro sistema solar era un remolino turbulento de gas y polvo que rodeaba nuestro sol recién nacido. En las primeras etapas, este llamado disco protoplanetario no tenía características discernibles, pero pronto, partes de él comenzaron a unirse en grupos de materia: los futuros planetas.
A medida que recogían material nuevo a lo largo de su viaje alrededor del sol, crecieron y comenzaron a arar patrones de huecos y anillos en el disco del cual se formaron. Con el tiempo, el disco polvoriento dio paso a la disposición relativamente ordenada que conocemos hoy en día, que consiste en planetas, lunas, asteroides y el ocasional cometa.
Los científicos basan este escenario de cómo evolucionó nuestro sistema solar en observaciones de discos protoplanetarios alrededor de otras estrellas que son lo suficientemente jóvenes como para estar actualmente en el proceso de nacimiento de planetas.
Utilizando el telescopio ALMA, que comprende 45 antenas de radio en el Desierto de Atacama en Chile, el equipo realizó un estudio de estrellas jóvenes en la región de formación de estrellas de Tauro, una vasta nube de gas y polvo ubicada a 450 años luz de la Tierra.
Cuando los investigadores fotografiaron 32 estrellas rodeadas de discos protoplanetarios, encontraron que 12 de ellas, el 40 por ciento, tienen anillos y huecos, estructuras que, según las mediciones y cálculos del equipo, pueden explicarse mejor por la presencia de planetas nacientes.
"Esto es fascinante porque es la primera vez que las estadísticas de exoplanetas, que sugieren que las súpertierras y neptunos son el tipo más común de planetas, coinciden con las observaciones de los discos protoplanetarios", dijo en un comunicado el autor principal del artículo, Feng Long, un estudiante de doctorado en el Instituto Kavli de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de Pekín.
Si bien algunos discos protoplanetarios aparecen como objetos uniformes, parecidos a panqueques, que carecen de características o patrones, se han observado anillos brillantes concéntricos separados por huecos, pero como las encuestas anteriores se han centrado en el más brillante de estos objetos porque son más fáciles de encontrar, no estaba claro cómo de comunes son los discos con estructuras de anillos y huecos en el universo.
Este estudio presenta los resultados de la primera encuesta imparcial en el sentido de que los discos de destino se seleccionaron independientemente de su brillo; en otras palabras, los investigadores no sabían si alguno de sus objetivos tenía estructuras de anillo cuando los seleccionó para la encuesta. (Europa Press)
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