Infinitamente grande

El hombre como resultado de la evolución biológica durante siglos, desde que ha empezado a razonar y luego mediante los avances científicos, primero ha ido avanzando en el dominio del planeta Tierra; partiendo desde un pequeño punto en África central, fue avanzando en el dominio de los diferentes continentes y regiones que conforman este mundo. Luego empezó a preguntarse ¿Somos el único planeta donde hay vida? ¿El sistema solar es todo el Universo? Y así hasta darse cuenta que el planeta Tierra es apenas un punto, como los que podemos ver al terminar cada párrafo en la inmensidad del espacio que nos rodea.

El hombre entonces se lanza a conocer más de este Universo infinito. Primero, se propone ir a colonizar algún planeta próximo al nuestro; hace un par de décadas ya se plantea el objetivo de enviar una primera misión para colonizar Marte. Se tiene muy avanzada esta iniciativa, la cual, sin duda, se concretará en unos pocos años más. Luego se va lanzando sondas espaciales que, con instrumentos cada vez más avanzados, empiezan a proveernos de información sobre otras galaxias, en las cuales se encontraría planetas que, de alguna manera, tendrían condiciones un tanto similares a nuestro planeta, que permitirían albergar vida. Y así lentamente vamos avanzando en el conocimiento de esta inmensa incógnita. Frente a esas dimensiones, uno al mismo tiempo se pregunta cómo todavía hay individuos que se creen eternos, insustituibles, pero ese es tema para otra ocasión.

Recurrimos a esa gigantesca biblioteca actual del conocimiento, las páginas de Google, para responder al interrogante ¿cuáles son las dimensiones del Universo? En el pasado se creía que el número de dimensiones eran cuatro, pero las nuevas teorías e investigaciones afirman que se debería ampliar el número, aunque no está claro hasta dónde. Hay quien afirma que existen incluso 11. Veamos qué se sabe al respecto.

Existirían cuatro dimensiones en el universo que nadie pone en duda, o casi nadie. Estas son ancho, altura y profundidad, que se conoce como dimensiones de espacio, a las que hay que sumar el tiempo.

Debido a estos datos, los científicos calculan dónde se ubica un objeto en el universo, además que nos permite estudiar su movimiento e incluso predecir hacia dónde se va a desplazar y por qué.

En ese gigantesco mar del Universo, la Vía Láctea es una galaxia espiral donde se encuentra el sistema solar y a su vez se encuentra la Tierra. Según las observaciones, posee una masa de 1.012 masas solares y es una espiral barrada. Su diámetro medio se estima en unos 100.000 años luz, equivalentes a casi un trillón y medio (1,42×1018) de kilómetros o 9.480 millones de unidades astronómicas. En mayo de 2018, un equipo de investigadores del Instituto Astrofísico de Canarias y el National Astronomical Observatories de Pekín (NAOC) publica nuevas observaciones que amplían el diámetro hasta 200.000 años luz. Se calcula que contiene entre 200.000 y 400.000 millones de estrellas. La distancia desde el Sol hasta el centro de la galaxia es de alrededor de 25.766 años luz, es decir, el 52% del radio total galáctico. La Vía Láctea forma parte de un conjunto de unas cuarenta galaxias, llamado Grupo Local, y es la segunda más grande y brillante tras la galaxia de Andrómeda (aunque puede ser la más masiva, como muestra un estudio reciente).

Para tener una cierta aproximación de lo que son estas dimensiones, recordemos que la velocidad de la luz es de aproximadamente 298.000 Km/segundo. Al mismo tiempo asociemos estas cifras al número de galaxias cuya existencia se conoce al presente, ¡Asómbrense!, 2 billones de galaxias.

¿Podemos imaginar cuán gigantesco es el Universo? Difícilmente.