Según datos oficiales, el pago del segundo aguinaldo a funcionarios públicos (más de 400 mil) y trabajadores privados significará el gasto de unos mil millones de dólares; pero la erogación de esa enorme cantidad de dinero tendrá efecto poco positivo para el país, tanto en lo que se refiere a los productores como a los consumidores, por tratarse de una medida colonial que determina que ese dinero salga del país en calidad de fuga de divisas.
Sin embargo, la noticia ha provocado la alegría de contrabandistas e importadores de toda clase de productos, ya que el dinero originado en el llamado doble aguinaldo servirá para comprar artículos importados que ingresaron al país por vía legal o ilegal. También causó satisfacción a la jerarquía burocrática por la creencia de que ese aporte a los bolsillos de empleados y trabajadores significaría conseguir el voto a favor de la fórmula oficialista en las elecciones del próximo año.
Este aguinaldo causó infinito regocijo de importadores que tienen mercancías abarrotadas en sus depósitos y que al venderlas, gracias al doble aguinaldo, dispondrán de dinero en efectivo. Es más, enseguida ese dinero será convertido en dólares, para hacer más importación de artículos de consumo, vale decir facilitar la fuga de divisas en momentos en que el Banco Central anuncia la caída de las reservas internacionales, cuando crece el déficit fiscal, cae el precio del petróleo, se agota el gas…
En general, contrabandistas e importadores gozan de las delicias del doble aguinaldo al saber que sus productos extranjeros, abarrotados en sus depósitos, tendrán consumidores y serán comprados con los dineros del aparentemente beneficioso doble aguinaldo. Pero es beneficio ilusorio, pues, en realidad, significa la fuga de gran parte de los mil millones de dólares que significará el doble aguinaldo, que en apariencia es una medida beneficiosa, pero en realidad es una medida perjudicial, ya que determina fuga de divisas en proporciones increíbles.
Otra cosa sería que esa fantástica suma de mil millones de dólares sirva para consumir la producción nacional y, en esa forma, esas divisas queden en el país para salvar la industria en quiebra, enriquecer a la población, retornar al consumo de lo nacional, etc. Se puede subrayar que, en las actuales circunstancias, el doble aguinaldo es una política económica colonial, porque determina fuga de divisas, mata la industria nacional, fomenta el consumo de productos extranjeros, empobrece al Estado y, finalmente, lleva a la “venezolanización”. Hay aguinaldos y “aguinaldos” y se debe diferenciar entre el doble aguinaldo colonial y el nacional.
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