Almirante (sp) Jorge Botello Monje
No le habrá sonado muy bien, a Nicolás Maduro, escuchar a un arrepentido Iglesias decir: “no comparto algunas de las cosas que dije en el pasado y creo que la situación política en Venezuela y la situación económica es nefasta”. Al español, reconocer su equívoco respecto del gobierno venezolano, del cual fue un muy cercano “asesor“, le costará, no cabe duda, la pérdida de la simpatía del régimen.
El podemista no aclara que las cosas hayan cambiado y que ahora no se ajusten a sus criterios, sino que se equivocó “antes”, es decir en el momento de calificarlas, lo que implica que el proceso venezolano no mereció, en ningún momento, un calificativo diferente. El régimen siempre fue nefasto y su error fue no reconocerlo oportunamente.
Según el diccionario, nefasto (a) quiere decir: “que causa desgracia o va acompañado de ella”, sus sinónimos son: aciago, desgraciado, funesto, ominoso, triste. ¿Suena parecido a lo que pasa en la Patria del Libertador?
¿Cómo reaccionarán los “socialistas” que aún ven lo que ocurre en Venezuela, bajo la influencia de su color ideológico? ¿Qué dirá Maduro? ¿Acusarán al “hermano”, “camarada”, o “compañero” Iglesias de: enajenado, de agente vendido al capitalismo, o qué otros improperios? Seguramente se insistirá en la supuesta guerra económica emprendida por el imperialismo, claro, sin aclarar si se trata del estadounidense o el chino. Pero ¿y la política?, ¿a quién culpar?, si Iglesias hubiera mencionado solo la parte económica, aquella afirmación podría tener algún asidero, pero en su arrepentimiento tuvo el cuidado de incluir la coyuntura política, y es difícil creer que ésta se deba a una guerra imperialista, más bien parece ser la ambición de los dirigentes, por mantenerse en el poder a toda costa, el motivo de la crisis, en este aspecto, que vive ese país. Cierto que gran parte de la culpa es de la oposición, que no tuvo la suficiente capacidad de unirse y enfrentar así al proyecto nefasto (Iglesias dixit).
¿El arrepentimiento de este colaborador motivará a otros seguidores de Maduro a seguir su camino? Como que una golondrina no hace verano, lo más probable es que no, ciertas ideologías nublan el entendimiento y fomentan el fanatismo, por ello no es de esperar que haya una serie de arrepentimientos, al modo Odebrecht, sino una serie de detracciones contra el dirigente de Podemos.
Iglesias no se arrepiente de todo lo que dijo sino de “algunas cosas”, habría que preguntarle cuáles y si cuando se refirió a la “democracia venezolana”, como: “… una de las democracias más consolidadas del mundo”, estaba acertado y si se arrepiente de haber envidiado a los españoles que vivían en Venezuela.
De no haberse equivocado, ¿habría cambiado algo en el régimen?, ¿hubieran dejado su país tantos venezolanos? Seguramente las cosas estarían como están, solo que Iglesias figuraría entre los enemigos de la revolución y tal vez calificado como oligarca.
El autor es politólogo.
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