José Carlos García Fajardo
Este es el fin que mueve este atinado texto: diagnosticar el humus cultural y social de nuestro tiempo. “Mundo volátil. Cómo sobrevivir en un mundo incierto e inestable”. Francesc Torralba. Kairós 20. ​​​​​​¿Cómo proyectar una vida con sentido? ¿Cuál puede ser el para qué que sostenga nuestra existencia en contextos de volatilidad? El anhelo de lo sólido subsiste en esta sociedad gaseosa: todo ser humano, para poder asentar su existencia, necesita un punto fijo, inamovible, que le dé seguridad.
El sentido en la sociedad de la incertidumbre tiene su lugar en el presente, en la inmediatez, en la experiencia puntual humana.
Confieso que he devorado este libro, lápiz en mano, sin poder dejarlo hasta el final. Y aún, desde entonces, ideas expresadas en una elegante prosa, aparecen en la meditación y las dejo desplegarse y pasar, mientras camino o en cualquier momento. Es uno de esos libros que, a mis alumnos más próximos, confieso que a veces pongo debajo de mi almohada.
En lugar de una crítica o reseña al uso, preferiría copiarles párrafos que he subrayado; pero no se estila. La modernidad se ha licuado y es la causa de una época en la que todo fluye y nada permanece. Es el diagnóstico del profesor Zygmunt Bauman, pero que en nuestra sociedad ha alcanzado extremos paroxísticos, hasta convertirse en el epítome de una sociedad gaseosa en cuya atmósfera acrítica se diluyen los impactos más inquietantes, en palabras de Ignacio Camacho citado por el autor.
Todo se ha vuelto líquido: la política que padecemos, el poder, la economía, la cultura, la religión, las emociones, los valores y las creencias.
Ni siquiera se respeta los valores que la han sostenido desde el Siglo XVIII, como la libertad, la igualdad y la fraternidad, han perdido su consistencia; pero también el espíritu de emancipación, la idea de progreso, de razón y la esperanza de un futuro mejor.
Para no extenderme y que el lector pueda saborear este hermoso y profundo libro, quiero citar uno de los párrafos que más me han conmovido: La hiperestimulación audiovisual también atrofia la capacidad de sentir con profundidad las grandes emociones. No basta con una imagen para activar la compasión; no es suficiente un tuit para despertar la indignación. Sólo quien está atento al relato del otro, a la expresión de su rostro, al tono de su voz, a sus silencios elocuentes, puede hacerse cargo de lo vivido por su interlocutor y experimentar emociones como la compasión o la indignación.
Pero yo añadiría que no basta con la compasión, que ya es mucho, si no somos capaces de asumir un compromiso social y concreto.
Este es el fin que mueve este atinado texto: diagnosticar el humus cultural y social de nuestro tiempo. En este instante de vida que habitamos, debemos aprender a convivir con las características de la historia de nuestra sociedad: heredera de la revolución industrial, una sociedad líquida derivada de la eclosión de la revolución digital y esa sociedad gaseosa del instante presente que va emergiendo.
El autor nos ofrece las claves para afrontar este nuevo espacio vital, la búsqueda y el encuentro con nuevos mapas culturales que nos orienten en un mundo volátil.
La sacralización del instante, del aquí y ahora, es el único camino para dotar de sentido una existencia que ha dejado de ser un relato para convertirse en un punto diminuto de un cuadro impresionista.
Francesc Torralba es profesor de Ética y de Antropología filosófica en la Universitat Ramon Llull de Barcelona. Dirige la Cátedra Ethos de Ética Aplicada de la misma universidad y el Ramon Llull Journal of Applied Ethics.
El autor es Profesor Emérito U.C.M.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |