Han pasado 30 años desde que el visionario empresario Jaime Ocampo Montán, junto a su esposa Hilda Díaz, incursionó en el ámbito industrial de los medicamentos. Su tenacidad y entrega fueron determinantes para llevar adelante laboratorios Lafar, que con el curso de los años se transformó en un referente de los medicamentos en Bolivia.
Esa historia de emprendimiento se rememoró hace unos días, en la celebración del trigésimo aniversario de Lafar, realizada en el hotel Calacoto, donde estuvieron autoridades del Gobierno Municipal y de otras entidades para reconocer la labor del laboratorio, que según comentó el propietario, ocupa el tercer lugar de preferencia de los consumidores, no solo paceños, sino a nivel nacional.
Esos logros merecieron un brindis de honor y buenos deseos para continuar creando nuevas fórmulas destinadas a preservar la salud, a través de buenas prácticas de manufactura.