La Central Obrera Boliviana (COB) está atravesando uno de sus periodos más difíciles, desde que fue fundada por Juan Lechín Oquendo, máximo dirigente de la clase trabajadora. El movimiento obrero era una fuerza que perduraba a pesar de golpes de estado y gobiernos de facto, porque los líderes sindicales eran en el pasado verdaderos defensores de la clase trabajadora. Los grupos sindicales fundadores de la institución fueron mineros, fabriles y de otros gremios, siempre al mando del sector minero.
No se puede dejar de mencionar la lucha de la COB durante las épocas de las dictaduras militares, cuando fue interrumpida violentamente la democracia. En un caso, el Gral. Luis García Meza conjuntamente con el Cnel. Luis Arce Gómez, encabezaron un golpe militar. Después ese gobierno resultó involucrado en narcotráfico, por lo que Arce Gómez fue trasladado a una prisión de EEUU para que cumpla su condena.
Durante ese régimen de gobierno, los cuadros sindicales en nuestro país sufrieron por represión de los militares. Fueron tomados presos muchos dirigentes sindicales, y algunos fueron victimados. También fueron intervenidas violentamente universidades nacionales, desapareciendo la autonomía universitaria.
Ante estos acontecimientos contra la democracia, la reacción obrera y universitaria fue salir a las calles, para mostrar resistencia al régimen militar. En lucha conjunta, salieron a hacer oír su voz de protesta porque se había interrumpido la democracia y se había intervenido las universidades.
A pesar de todo ello, los cuadros sindicales se mantenían aglutinados en torno de la COB, debido a que constantemente estaban en congresos para debatir y orientar el rumbo de la entidad. Esto no sucede ahora, porque se toma decisiones sin consultar a los trabajadores y los resultados son debilidad y desunión, 1o que da una pésima impresión a las bases del sector de trabajadores. La realización de congresos en forma permanente es una necesidad del momento. Por ello la opinión pública observa que la clase trabajadora ha perdido fuerza sindical y está más dividida que nunca.
La opinión pública observa con desazón que la COB ha perdido su unidad y fuerza sindical, por dejar que intereses políticos sectoriales influyan en sus dirigentes. No es aceptable que una institución de los trabajadores sea dirigida según conveniencias políticas, por lo que es necesario recuperar la independencia sindical a cualquier costo.
Como están las cosas, si sigue la intervención política partidaria en la COB, será el fin de los cuadros sindicales de una de las instituciones que había logrado más respeto en el país. La actual dirigencia cobista debe recapacitar y llamar a un congreso de los trabajadores a fin de reorganizar la institución. Esta reflexión es para los trabajadores de las minas, ya que ellos son los fundadores de la Central Obrera Boliviana, ya que el sector de los trabajadores no debería estar dividido, como lo está actualmente.
Su actual conducta ante el conflicto por el doble aguinaldo ha dejado sin autoridad a sus dirigentes, porque pensaban tener apoyo total del oficialismo para sus demandas y no sucedió así, quedando en risible posición y dando una pésima impresión a la clase trabajadora.
El autor es Profesor Emérito UMSA.
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