Einar Ayala Winkelmann
Un informe a nivel internacional en Europa señala que los atropellos a peatón por accidente se los puede distinguir en fases, desde el choque o contacto, desequilibrio o pivotación, de semivolteo o volteo, de proyección o caída y de arrastre de las personas afectadas.
Es obvio que el exceso de velocidad del motorizado no solamente aumenta el número de accidentes, sino que también hace que éstos sean más graves y al ser graves, dejan diferentes evidencias en el vehículo protagonista de este hecho, dependiendo del tipo de estructura del motorizado.
Por lo general, los conductores que protagonizan atropellos a peatón en vías con poca iluminación, de noche, en la madrugada, suelen huir para no asumir su responsabilidad, no solo para evitar ser detectados si se encuentran en estado de ebriedad, sino porque ante el exceso de velocidad emprendida, muchas de las víctimas afectadas pierden la vida al instante o cuando llegan a ser trasladadas a centros de salud.
Estos hechos de tránsito suelen, por lo general, dejar diferentes evidencias, como prendas enganchadas, sangre alrededor de las abolladuras, en las hendiduras de las ruedas o en alguna otra parte del vehículo, las cuales deben ser reportadas ante la instancia policial o judicial.
La determinación de no denunciar a las instancias correspondientes, por parte de los propietarios de garajes de chapería, por lo general se convierte en un acto de complicidad, más aún cuando se participa en la posibilidad de eliminar todo tipo de evidencias. Es decir con el arreglo del motorizado que se encuentra no solo abollado, sino con rastros de sangre humana.
La División de Especiales, dependiente de Tránsito, en todos los departamentos del país, es la instancia que investiga estos hechos, al tratarse no solo de la muerte de una persona, sino sobre todo de la huida del conductor responsable del hecho. Recurrir al argumento de que el Seguro contra Accidentes de Tránsito (SOAT) se hace cargo de la atención médica o el pago correspondiente en caso de muerte de persona solo deshumaniza la responsabilidad del conductor.
Pero en algún momento los conductores suelen acudir a los garajes o chaperías, donde solicitan el arreglo de sus motorizados. Es por eso que los propietarios de estos talleres donde se realiza actividades económicas deben reportar la presencia de vehículos abollados.
De acuerdo con registros en el país, de enero a septiembre del presente año, se establece que fueron atendidos 1.801 casos de atropello a peatón. En cuanto a hechos de tránsito, se reporta que llegaron a 10.314 casos atendidos por las instancias correspondientes. Como resultado, numerosas víctimas pierden la vida o quedan severamente afectadas con mutilaciones, traumatismos cráneo encefálicos, entre otros daños irreparables. Por eso no se debe dejar en la impunidad a los responsables de atropellos.
En muchos casos, los atropellados suelen ser personas vulnerables, como mujeres, menores y gente de la tercera edad, pero quedan huellas, evidencias de la comisión del delito, por lo que se debe hacer denuncias.
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