El PCC derrota a Bolivia

Hay una saga de la que pocos se quieren ocupar, a pesar de ser apasionante. Es la historia del robo que sufrió la casa de la familia de Denver Pedraza en Santa Cruz por parte de dos presuntos policías, que se llevaron dos millones de dólares.

La historia se complica por un detalle único: el dinero pertenece al Primer Comando da Capital (PCC), la organización narcotraficante más poderosa de Brasil que ahora, según dice Pedraza, está amenazando con matar a toda su familia, si no recupera el dinero.

El señor Pedraza, que trabajó para el gobierno del MAS como encargado de los bienes incautados al narcotráfico en Santa Cruz y luego pasó a desempeñarse como agente del PCC, dice que él debía entregar a la organización un total de ocho millones de dólares, pero que no puede completar el monto debido al robo que sufrió.

Ha pedido apoyo a la policía, pero no ha logrado mucho, pues los agentes que llegaron a su casa, según lo dijo a Unitel, en lugar de hacer un trabajo profesional se ocuparon de borrar las huellas que pudieran haber dejado los asaltantes, unos asaltantes que también vestían uniforme de la policía.

En estos días de fiesta, la policía capturó a un sospechoso de haber cometido el robo, un tal Roque Reymi Peinado, pero, lamentablemente, se dio a la fuga cuando ingresaba, custodiado por los policías, a la oficina de la FELCC.

Los jefes policiales aseguran que los policías que cometieron el descuido de dejar escapar al sospechoso serán severamente castigados, por aquello del honor de la institución de uniforme verde.

El problema mayor es que la familia Pedraza sigue en peligro de ser eliminada por los mafiosos brasileños, según dice Denver, quien ha conseguido, hasta ahora, pasar inadvertida su condición de agente del PCC en Santa Cruz, o por lo menos de cobrador.

Y la policía boliviana ha logrado hasta ahora no dar explicaciones del sospechoso comportamiento de sus agentes que borraron las huellas de los ladrones cuando visitaron la casa donde se produjo el robo.

Pero el misterio mayor es cómo la FELCC no da explicaciones sobre la presencia de agentes del PCC en Bolivia, de los cobros que hacen, de los accidentes que tienen y queda la impresión, angustiosa para todos los demás bolivianos, de sospechar que las organizaciones de mafiosos gozan de un estatus especial en el país.

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