Hoy, en enero del 2019, estoy frente a la computadora, instrumento indispensable actualmente para conectarnos con la familia en cualquier parte del mundo y para compartir con ustedes, mis lectores, algunas reflexiones sobre lo que nos depara el futuro.
Continuaré rescatando el análisis que hace Andrés Oppenheimer en “Sálvese quien pueda” en torno al avance tecnológico que vive el mundo, particularmente los países desarrollados que, desde hace mucho, llevan una gigantesca ventaja frente a nosotros, los eufemísticamente denominados países en vías de desarrollo. Específicamente, la robótica está generando masivo desempleo en los países del primer mundo.
Concretamente, rescataré el análisis que se da en el capítulo ¡Cúrese quien pueda!, valioso para un país que está atravesando una crisis inimaginable en esta materia, en un campo tan indispensable para todo el mundo. Las experiencias que presenta nuestro autor son fascinantes.
1. Moshe Shoham, director del laboratorio de robótica de la Facultad de Ingeniería Mecánica del Instituto Tecnológico de Israel, conocido como el Technion, es uno de los hombres que -sin hacer mucho ruido- está reinventando la medicina moderna. ¿Cómo? Shoham está desarrollando un minirobot del tamaño de un grano de arroz que muy pronto podrá limpiar las arterias del cuerpo humano, de la misma manera en que lo hacen los robots que limpian las piscinas o los pisos de las casas. Este científico ya había registrado más de 30 patentes internacionales de medicina robótica y máquinas inteligentes y una de las empresas que había fundado, Mazor Robotics, se cotizaba en la bolsa de Nueva York con una valuación de mercado estimada en 550 millones de dólares.
En una entrevista que sostuvo Andrés con Shoham, le explicó que el minirobot se usará en primera instancia para limpiar y drenar tuberías del cerebro y la uretra, sin necesidad de operaciones. Básicamente se trata de un robot de titanio de un mm de diámetro y hasta 4 mm de largo, se introduce en el cuerpo y es manejado desde afuera por control remoto.
2. Continúa Andrés. Los minirobots de Shoham son apenas uno de muchos ejemplos de cómo cambiará la medicina gracias los robots. Otros, la telemedicina, la medicina preventiva, el análisis predictivo de datos, las impresoras 3D para producir órganos hechos a medida y los tratamientos con realidad virtual.
3. “La tecnología reemplazará 80% de lo que hacen los médicos”. Se cita la predicción de Vinod Kloda, el multimillonario innovador tecnológico de Silicon Valley, de que la tecnología reemplazará 80% de las tareas que hoy realizan los médicos, aunque ello no significa que 80% de los médicos perderán sus trabajos. Significa que sus tareas rutinarias, como chequeos médicos, exámenes, diagnósticos, prescripción de medicamentos, programas de modificación de comportamiento y la centralización de datos, las llevarán a cabo, de manera mucho más eficaz, las máquinas inteligentes.
4. Algo realmente sorprendente: “los cirujanos robóticos pronto serán autónomos”.
5. En entrevista con otro destacado científico en esta materia, Deepak Chopra, “el gurú de la medicina moderna y de la meditación trascendental”, a la pregunta ¿Y qué pasará con los médicos?, respondió “Como el resto del mundo, los médicos deberán adaptarse o se extinguirán”.
Para concluir, esperemos que grupos de científicos médicos y de otras ramas evolucionen hacia el futuro, para no quedarnos rezagados como hasta el presente.
Finalmente, mil felicidades a todos los amigos y lectores por el Nuevo Año.
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