Embarcaciones añejas trasladan motorizados

El Seguro contra Accidentes de Tránsito (SOAT), permite cubrir hechos de tránsito que ocurren en la carretera, pero los “accidentes” de embarcaciones fluviales que trasladan vehículos de diferentes tonelajes y hasta personas, es un transporten que no tiene ningún seguro y no responden a ninguna norma para exigir que sean seguros y hayan tenido su mantenimiento correspondiente.

Esta segunda irregularidad se evidenció en las embarcaciones que deben trasladar motorizados públicos y privados, las cuales se encuentran en condiciones inadecuadas para garantizar el traslado de transporte liviano y pesado, además estas embarcaciones permiten que los vehículos pasen el lago con pasajeros o acompañantes del conductor, aspecto que fue restringido en otras oportunidades cuando se generaba el hundimiento de una embarcación.

Antes de que los vehículos puedan subir a dichas embarcaciones, EL DIARIO constató que no sólo se encontraba el conductor al volante, sino toda la familia o en el caso de las flotas, pasajeros que prefirieron quedarse al interior del bus, factor que incrementa la inseguridad debido a que en un caso de accidente podrían no ser socorridas a tiempo ante la total ausencia de funcionarios de la Armada Boliviana quienes por norma constitucional deben controlar las zonas fluviales.

“Al parecer, su tarea de control que realizaban no sólo fue opacada por los comunarios, la dirigencia de los balseros y el comercio de la región, sino que ahora sólo hacen la tarea de Aduaneros, controlando al interior de los buses, pero descuidando totalmente la seguridad de las personas en las embarcaciones que navegan el lago”, reprochó José Guachalla, visitante de la región.

De acuerdo con la opinión de los visitantes de Copacabana, los controles, resguardo y presencia de autoridades en Tiquina y sobre todo en el traslado de visitantes surge sólo cuando ocurre un accidente en alguna embarcación y se informa sobre la pérdida de vidas humanas, porque pese al incremento de turismo interno y externo en dicha localidad, es evidente la ausencia de control de los efectivos de la Armada, tarea que fue abandonada a sola presión de comunarios y propietarios privados de las lanchas, quienes no demuestran que exista seguridad a la hora de trasladar los motorizados en el estrecho de Tiquina.

En esta temporada de lluvia, no solo se evidencia un aumento del caudal de las aguas del lago, sino por lo general los vientos y la lluvia intensa crean condiciones que afecta la estructura de las balsas de madera que son utilizadas para ese propósito.

A ello se establece que ninguna instancia defina el tiempo de uso y garantía de este tipo de embarcaciones, porque si ocurre un “accidente”, donde vehículos son afectados, al sumergirse en las aguas por fallas de estas balsas, no existe ninguna instancia que garantice o registre un seguro que pague esos daños.

“En mi caso yo perdí un vehículo al pasar este estrecho de Tiquina, cuando reclamamos nos han querido agredir y la Armada dijo que si bien se podía sacar el motorizado, que nosotros pagáramos la maquinaria a ser utilizada y sus servicios, es por eso que nos resignamos lo que ocurrió el 2015 y ya no viajamos más”, argumento Gregorio Mamani propietario de un vehículo que no pudo ser recuperado.