Pavel César Vázquez Pastor
En el ámbito de la criminalística, se entiende como lugar de los hechos “El sitio donde se ha cometido un hecho delictivo”, por lo tanto es el punto de partida de una investigación.
El delincuente a su paso por el lugar de los hechos deja indicios de su presencia y de la comisión de su conducta y también se lleva algunos vestigios del lugar o de la víctima, existiendo un intercambio entre ellos, es decir: El autor, la víctima y el lugar de los hechos.
El Dr. Hans Gross decía “Si la inspección ha de ser útil, es imprescindible que todos los objetos importantes o no que figuren en el lugar del crimen, permanezcan intactos sin que por ninguna causa se les cambie de posición”.
Por experiencia se sabe que no existe delincuente que no deje alguna huella que pueda ser aprovechada en la investigación. Cuando no se encuentra evidencias útiles, debemos afirmar que no se ha sabido buscar las mismas.
Por lo expresado anteriormente, resulta muy importante la preservación del lugar del hecho, con la participación ciudadana. No cabe duda acerca de que esta acción se dificulta por la influencia emocional y particularidades que cada caso presenta. Sin embargo, por todos los medios posibles se debe evitar la alteración del escenario de los hechos, fundamentalmente cuando se trata de hechos violentos con muerte de personas, casos que requieren de una investigación minuciosa.
Es necesario considerar estos elementos, pues, por ejemplo, el Código de Procedimiento Penal, cuando se refiere a la Presunción de Inocencia, señala entre otras cosas que todo imputado será considerado inocente y tratado como tal en todo momento mientras no se declare su culpabilidad en sentencia ejecutoriada. Y para lograr esta sentencia el Juez requiere de pruebas científicas que demuestren fehacientemente que el delito se ha cometido.
Evidentemente, este trabajo, que debe ser llevado adelante por un equipo multidisciplinario adecuadamente preparado en colección de evidencias, garantizará sus resultados cuando observe de manera profesional los pasos establecidos para la cadena de custodia de evidencias. Y esto es lógico, pues existiría un contrasentido si las evidencias encontradas en determinado lugar de los hechos no fueran colectadas de manera adecuada, y la cadena de custodia haya sido violentada por falta de profesionalismo, descuido o simplemente negligencia.
De esta manera, se otorga los elementos necesarios a los abogados de la defensa para cuestionar la validez de esas evidencias, que obviamente pondrán en tela de juicio el profesionalismo de quienes llevaron adelante este trabajo. Y lo más grave aún será el hecho de que los autores de la comisión de un hecho delictivo queden en la impunidad, por falta de pruebas.
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