Al Tottenham Hotspur le sonrió la fortuna, el videoarbitraje y los postes de Wembley, y los de Mauricio Pochettino tomaron ventaja en la ida de semifinales de la Copa de la Liga ante el Chelsea gracias a un penalti transformado por Harry Kane y concedido por el VAR (1-0).
Y poco hubieran cambiado las cosas de no ser por la existencia del videoarbitraje. Quizás sin la tecnología, lo único que hubiera cambiado habría sido el buen humor de la afición local.
En un balón en largo, Kepa derribó clamorosamente a Kane, pero el juez de línea levantó el banderín e invalidó la jugada. Entró en juego el VAR, dormido hasta ese momento. Fueron minutos de angustia y pitos entre los ‘Spurs’, hasta que Michael Oliver decretó que no había fuera de juego, señaló el punto de penalti y le enseñó la amarilla a Kepa.
Kane definió con mucha sobriedad y el Tottenham arrancó una ventaja.
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