Por atropellos a mujeres hay más huérfanos que por feminicidios

Si bien los feminicidios tienen un mayor impacto social, no solo por el grado de violencia que implican, estos casos dejan en el territorio nacional una veintena de huérfanos aproximadamente, mientras que las muertes de personas en vía pública, al ser atendidas como hechos individuales pasan desapercibidas, al ser consideradas como producto de la fatalidad o desgracia eventual. Pero en la actualidad se convierte en la primera causa de mayor población de huérfanos.

Solo en la ciudad de El Alto, cada fin de semana se reporta entre tres a cinco atropellos de peatón, de los cuales dos llegan a ser con muerte de personas, que afecta a las poblaciones en riesgo, como son mujeres, adultos mayores, niños y adolescentes.

En el caso de las mujeres víctimas de atropello, están en los rangos de 29 a 45 años, como promedio, siendo por lo general madres de familia que, en muchos de los casos, viven en zonas peri-urbanas o poblaciones rurales. Estas madres de familia tienen a su cargo entre tres a cinco menores y adolescentes, quienes como resultado de accidentes de tránsito deben enfrentar una difícil realidad, como es vivir sin protección ni apoyo materno.

En el país, en la pasada gestión, de enero a septiembre, se atendió 10.314 hechos de tránsito de diferente índole. De ellos, 1.801 corresponden a atropellos a peatón, de esa cantidad un 50% de las víctimas pierde la vida, de ellas un 60% son mujeres y pocas veces se logra conocer la cantidad de menores que estaban a su cargo, quienes quedan huérfanos por estos trágicos casos.

Al no ser una política de Estado velar por las poblaciones de menores o adolescentes que quedan huérfanos no solo por hechos de tránsito, sino por hechos violentos como los feminicidios, pocas veces se analiza las consecuencias de la muerte de madres de familia. Y es que aumenta la cantidad de huérfanos que deben desarrollarse y formarse profesionalmente solos o con el apoyo de abuelos o la familia extendida, que pocas veces reemplaza a la figura materna.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren cerca de 1,3 millones de personas en las carreteras del mundo, y entre 20 y 50 millones padecen traumatismos no mortales. Los accidentes de tránsito son una de las principales causas de muerte en todos los grupos etarios, y la primera entre personas de entre 15 y 29 años.

Los menores de edad y adolescentes son otro grupo vulnerable en la carretera, de acuerdo con la misma organización internacional, porque anualmente hay en el mundo 186.300 defunciones de menores de 18 años, por accidentes de tránsito. Y los traumatismos sufridos en ese tipo de accidentes son la principal causa de mortalidad de personas de 15 a 17 años en el mundo.

Los accidentes de tránsito son prevenibles, señala la OMS. Como ninguna medida por sí sola puede hacer frente debidamente a la amplia gama de riesgos que corren los niños en las carreteras, las estrategias mencionadas a continuación son las más conocidas, especialmente si se las aplica como un conjunto para preservar la seguridad de niños y madres en las carreteras. De ellas, el usar pasarelas, respetar normas de tránsito, pasar de una vía a otra usando las franjas de cebra, coinciden con nuestra realidad. Reiteramos la recomendación de evitar que los hijos e hijas menores de edad transiten solos en carreteras, avenidas y calles donde hay flujo de motorizados.