Desastres naturales y accidente de avión marcaron en Indonesia

Yakarta.- Indonesia ha vivido su "annus horribilis" en 2018 con los terremotos en la isla de Lombok, el seísmo y tsunami que azotaron la isla de Célebes y provocaron la muerte de más de 2.000 personas y el siniestro de un avión comercial en el que perecieron sus 189 ocupantes.

Entre el 29 de julio y el 19 de agosto, una serie de temblores en la turística isla de Lombok, cercana a la isla de Bali, causaron 564 muertos y más de 400.000 desplazados, la mayoría de ellos tras un devastador terremoto de magnitud 6,9 el 5 de agosto.

La destrucción hizo mella especialmente en el norte de la isla, zona en la se encuentra la mayoría de los 150.000 hogares que fueron dañados tras los seísmos.

Mientras Lombok intentaba recuperarse, un nuevo desastre golpeó el 28 de septiembre el archipiélago, esta vez en la zona central de la isla de Célebes, donde, tras un terremoto de magnitud 7,5, las televisiones mostraron vídeos de enormes olas que arrasaban la costa de la ciudad de Palu.

Un breve silencio informativo sucedió al desastre, que arrasó las infraestructuras de electricidad, telecomunicaciones y parte de las carreteras, dificultando la respuesta de los equipos de emergencia y aislando a los residentes de la zona afectada en la provincia de Célebes Central.

En los días posteriores se conocería la magnitud de la tragedia, 2.081 personas fallecieron y más de 200.000 abandonaron sus hogares, la mayoría en Palu y sus alrededores donde la estrecha bahía empeoró el efecto del tsunami y la condición del terreno provocó la licuefacción del suelo.

La licuefacción, que ocurre cuando un fuerte terremoto golpea un suelo de tierra arenoso y con bolsas de agua, liberó lo que supervivientes definieron como "olas de barro" que engulleron barrios enteros y enterraron a cerca de 5.000 personas, según estimaciones de las autoridades.

Si se cuenta la estimación de personas sepultadas, se trata del peor desastre natural desde 2004, cuando un seísmo submarino provocó un tsunami que se cobró la vida de 167.000 personas tan solo en el norte de la isla de Sumatra, la costa más cercana al hipocentro.

Situada en el anillo de fuego del Pacífico, el archipiélago indonesio es una de las zonas del mundo con mayor actividad sísmica y volcánica con cerca de 7.000 terremotos anuales, la mayoría moderados, y 127 volcanes en activo.

Sin embargo, la severidad de las catástrofes de este año, en particular en Lombok y Célebes, ha provocado el mayor número de muertes totales por desastres naturales desde 2007, según datos de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB).

AVIÓN

Un mes después de la catástrofe en Célebes Central, un avión de la aerolínea de bajo coste Lion Air se estrelló en el mar de Java a los pocos minutos de despegar de Yakarta y no sobrevivió ninguno de sus 189 ocupantes.

Los pilotos lucharon contra un nuevo sistema automático de la aeronave del modelo Boeing 737 Max que inclinó repetidamente hacia abajo el morro del avión para evitar caer en pérdida y que respondía a información errónea registrada por sensores defectuosos.

Según el informe preliminar de la investigación del accidente, el avión tuvo problemas en sus cuatro trayectos anteriores que reaparecieron durante los vuelos tras ser solventados por los ingenieros de Lion Air en tierra.

El Comité Nacional de Seguridad en el Transporte (KNKT) indonesio centra sus averiguaciones en el manual operativo de Boeing para el modelo 737 Max 8, el arreglo de los sensores en los vuelos anteriores y la actuación de los pilotos.

Además, el informe definitivo será publicado un año después del siniestro, el más mortífero en Indonesia desde 1997 y que ha resultado en demandas de los familiares de las víctimas contra Boeing en Estados Unidos. (EFE)