Truchas alimentadas con pan de soldados

Los manantiales del Silala -muy bien aprovechados por Chile-, debido a reiteradas visitas que han hecho diversas comisiones del Ejecutivo y del Legislativo, han dado lugar a muchos planes para aprovechar esas aguas con instalación de criaderos de truchas, construcción de hotel y viviendas, aprovechamiento del líquido para la agricultura, etc.; pero, lamentablemente, todos los proyectos y “promesas formuladas al calor de la demagogia” han quedado en nada.

Sin embargo de todo ello, un investigador ha publicado lo siguiente: “Las piscinas construidas por soldados de forma rústica, son mejores que las construidas por los técnicos de la Empresa R.T.G. Construcciones S.R.L. por convenio entre el Comando General del Ejército y la gobernación de Potosí”. La información es clara sobre el abandono de lo construido sobre la base de cemento, material que no permite el crecimiento de vegetales donde viven lombrices y gusanos que son alimento de las truchas; por otra parte, se ha construido algunas viviendas que nadie ocupa. Las truchas, al no contar con el alimento que originalmente se les daba y luego se suspendió, mueren de hambre y solamente subsisten las truchas de piscinas construidas por los soldados y se alimentan con trozos o migas de pan que ellos les arrojan” (ED 30-XII-18).

La realidad del Silala no es como la califican quienes visitan la región y, en casos, solamente hacen política del tema, pero no se preocupan por realizar lo propuesto. El caso tiende a convertirse en un “elefante blanco” porque no hay atención ni dedicación alguna del gobierno para hacer realidad tantas ofertas y planes que se ha formulado.

El caso es patético y no hay autoridad, ni civil ni militar, que explique claramente qué es lo que ocurre en toda la región; entretanto el ejército de Chile y la población chilena aprovechan todo lo que pueden de los manantiales que sirven sólo a territorio chileno. Los proyectos civiles prometidos no pueden cumplirse porque no hay decisión de la gobernación potosina y menos del gobierno, que aprovecha muy bien el tema tan solo con fines propagandísticos para las próximas elecciones.

Si se hiciese un balance de todo lo prometido por las autoridades en relación con los manantiales del Silala, el listado sería muy largo y mucho del contenido podría haberse hecho realidad, pero como no hay voluntad para hacerlo, se deja inclusive a cargo del “poco rancho” de los soldados para ser compartido por las pocas truchas. Por supuesto, ante las diferentes denuncias que se ha hecho sobre el abandono del Silala, no se ve reacciones de ninguna clase; pero se habla mucho sobre lo que Chile pretende: que las aguas de dichos manantiales forman un río internacional y sobre algunas gestiones que estaría realizando el gobierno ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. El caso del Silala debería merecer alguna atención del gobierno; de otro modo, se estaría abriendo más espacios para que Chile aproveche mucho más esas aguas y, además, alegue cualquier pretexto para conseguir sus fines.