Preocupa a todos la proliferación de casos de violación a mujeres en varias regiones del país, al extremo de que no se salvan ni menores de edad. Lo que estremece es que los autores no solo son extraños, sino hasta integrantes de las propias familias de las víctimas, provocando situaciones muy difíciles de entender.
Las sanciones que establece la ley, en caso de vejación a niños y mujeres de toda condición social, al parecer ya no atemorizan a los perpetradores. Por lo general, a los agresores sexuales, después de morosos procesos, se les priva de libertad, por 10, 20 o 30 años de cárcel, en centros de reclusión del Estado. Pero la cantidad de delitos sexuales sigue aumentando, en varios casos con más violencia y dejando traumas de por vida.
La falta de medidas que sean realmente efectivas para detener dicho mal da lugar a que ciudadanos pidan otro tipo de sanciones para los depravados. Al respecto, en algunos países se ha empezado a aplicar el método de castración química, ya que esta forma de combatir el delito atemoriza a los delincuentes sexuales. Por ello en Bolivia habría que considerar la posibilidad de aplicarla, para la defensa de mujeres y niños.
Instituciones de la sociedad civil que deseen que se halle una manera de evitar que tales delitos sigan proliferando podrían considerar el cambio de la pena de reclusión por la de castración química, por lo menos en los casos de mayor gravedad, tomando en cuenta que con este nuevo sistema podrá disminuir el número de ataques a mujeres y niños.
En épocas pasadas, revisando nuestra historia, encontramos que los atentados contra la integridad de las personas eran castigados con la pena de fusilamiento, lo que ahora no se podría hacer por razones humanitarias. Pero como ahora es urgente detener la expansión de los delitos sexuales contra las personas, la castración química, que es aplicada en otros países, sería una medida para controlar a los vejadores. La castración química consiste en la extirpación de las glándulas del aparato reproductor del varón. Aunque la castración es considerada como un delito de lesiones, su aplicación sería aceptable si es para corregir un mal social, que llega a extrema crueldad, por ejemplo cuando se trata de una violación grupal.
En la medicina actual la vasectomía sería una acción similar. La castración química es una operación indolora y sin herida porque se utiliza componentes químicos en vasos sanguíneos, para la conducción del componente químico. Por estas consideraciones, las instituciones relacionadas con educación y resguardo del orden están llamadas a orientar a los estudiantes sobre los ataques sexuales, para que puedan alertar cuando menores o adolescentes se encuentren en situaciones de mucho peligro para su integridad.
El autor es Profesor Emérito UMSA.
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