México
México. El estallido de un ducto de combustible mientras era saqueado por cientos de civiles deja al menos 85 muertos y 81 heridos en el central estado de Hidalgo, en México, donde este sábado las autoridades continuaban las pesquisas, entre cuerpos calcinados y pobladores que buscaban a familiares.
Asimismo, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informó que una de las personas que resultó lesionada en la explosión del ducto, la cual permanecía internada en el Hospital de Magdalena de las Salinas, falleció.
El secretario de Salud, Jorge Alcocer, informó que a 36 horas de la explosión de una toma ilegal de combustible en Tlahuelilpan, 85 han fallecido.
En conferencia de prensa en Palacio Nacional, Alcocer dijo que de las 85 personas lesionadas, 66 siguen hospitalizadas.
Horas antes y acompañado del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, dijo que el saldo aumentó tras encontrarse cuerpos en la zona cero del suceso y por la muerte de otras personas ya hospitalizadas.
De los hospitalizados, siete son menores de 18 años; 30 personas de entre 18 a 29 años; 36 de entre 30 y 54 años, y una de 63 años.
Entre los heridos hay ocho menores de edad, uno de ellos de 12 años, añadió Fayad. Tras la explosión el viernes por la tarde, se había dado un balance inicial de 21 muertos.
El estallido ocurrió en la comunidad de Tlahuelilpan, a unos 120 km de la capital, luego de que un ducto fuera perforado por traficantes de combustible y cientos de personas, incluidas familias enteras, se lanzaron para llevarse gasolina en contenedores.
Imágenes de televisión mostraron altas llamas hacia el cielo nocturno, mientras la tubería se incendiaba en el municipio de Tlahuelilpan, a pocos kilómetros de la refinería de Tula.
Dos horas después de que perforaron el conducto, “se nos informa que había habido una explosión” y “las llamas estaban consumiendo todo lo que había alrededor”, añadió Fayad.
El ducto, informó de su lado en la conferencia Octavio Romero, director de la estatal Petróles Mexicanos (Pemex), estaba en proceso de ser llenado, luego de que el 23 de diciembre pasado se suspendió su operación por órdenes de López Obrador para combatir el llamado “huachicoleo”, como se conoce el robo y tráfico de combustible. Este delito deja pérdidas por unos 3.000 millones de dólares anuales.
La investigación de “los hechos va a estar a cargo de la Procuraduría General” (fiscalía), dijo de su lado López Obrador.
El fiscal general en funciones, Alejandro Gertz, describió el percance como “intencional” porque “alguien hizo esa perforación y el incendió fue consecuencia del delito”.
Reconoció que enfrentan “limitaciones” en la investigación toda vez que “las personas más cercanas a la explosión fallecieron”.
CUERPOS CARBONIZADOS
Imágenes captadas justo después del estallido muestran a numerosas personas gritando y corriendo mientras ardían en llamas, otros caminaban sobre la carretera con amplias quemaduras de las zonas del cuerpo severamente afectadas por el fuego.
El sitio de la explosión amaneció custodiado por militares mientras en el ambiente se percibía un fuerte olor a combustible, constató un equipo de la AFP.
Los cuerpos carbonizados permanecen en el lugar en la posición en la que fallecieron y en la maleza se observa ropa quemada.
Durante la madrugada, varias personas se trasladaron hasta el centro de la explosión para intentar identificar entre los cuerpos carbonizados a sus familiares desaparecidos.
“Llegando de trabajar me dijeron que estaba la gasolina y mucha gente, que me viniera pero dije ‘no, ¿para que?”, dice un hombre de mediana edad que evita dar su nombre y espera noticias de su nuera.
CONVENCER AL PUEBLO
Elementos del Ejército llegaron al sitio donde estaba el ducto perforado, pero no consiguieron contener a los civiles que corrían con sus contenedores para llevarse el combustible y optaron por mantenerse a la distancia para no provocar una confrontación.
“La actitud del Ejército fue correcta, no es fácil ante una multitud hacer prevalecer el orden”, expuso López Obrador.
El presidente dijo que seguirá con su estrategia de combatir el robo de combustibles, un delito que ha repuntado en los últimos años en México de la mano del narcotráfico y que es parte de la diversificación de sus actividades delictivas.
El presidente, un izquierdista de 65 años que asumió el 1 de diciembre, atribuyó el hecho de que sean familias enteras las involucradas en “huachicoleo” a que “se les abandonó por completo, no han tenido posibilidad de satisfacer sus necesidades básicas”.
“Tenemos la convicción de que el pueblo es bueno, es honesto”, dijo López Obrador al anunciar que la próxima semana recorrerá las zonas donde se ha generalizado este delito para “convencer” a los pobladores.
Hay que “portarnos bien, que nadie se vea en la necesidad de cometer ilícitos”, dijo, al señalar que les ofrecerá ayudas económicas.
La AFP hizo un recorrido por el poblado cercano a la explosión, de unos 20.000 habitantes, y observó calles pavimentadas con servicios, comercios y algunos hoteles. Los pobladores señalan que se dedican a la agricultura y el transporte.
En los últimos años se han registrado varias explosiones en ductos perforados por criminales, pero la mayoría sin víctimas. (Agencias)
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