El seguro automotor, como se denomina al SOAT, es un beneficio que ha sido implantado con miras a contar con un seguro previsor en caso de cualquier accidente que se tenga en la ciudad, en caminos o en carreteras del país. Sin embargo, hay personas que, por el costo de la póliza respectiva o simplemente por descuido, no adquieren, cada fin de año o principios del siguiente, dicho seguro.
“Tener un seguro es mejor que necesitarlo cuando no se tiene”, es un viejo “slogan” que utilizan las empresas aseguradoras del mundo y el SOAT cumple efectivamente la misión de proporcionar seguro a quien, en circunstancias especiales, y muchas de mucha desgracia, inclusive con muertes, lo requiere. Efectivamente, los montos de las primas son bajos, así sea que se haya cancelado montos elevados por contar con este beneficio; pero, solamente por previsión, sería interesante que quienes albergan a muchos pasajeros, adquieran seguros que les permitan cubrir los gastos médicos y hospitalarios, e inclusive aquellos que impliquen cobertura por pérdida de vida.
Efectivamente, se dice que no siempre todos los conductores precisan de este seguro o de cualquier otro; pero cuando se presenta algún problema grave, se hace absolutamente necesario tenerlo. Que algunos propietarios de automotores se nieguen a contar con el SOAT es una irresponsabilidad, aparte de ser previsible muestra de indiferencia con lo que se pudiese enfrentar en el curso de la vida.
Las compañías de seguro fijan fecha tope para adquirir el SOAT y cuando pasan los plazos se dice que hay sanciones; sin embargo, pasados unos meses se informa que tal o cual porcentaje no ha cumplido con este requisito que debería ser inevitable e irrenunciable. No se sabe si a los renuentes se les sanciona o no; pero, en todo caso, no debería haber solamente una sanción pecuniaria sino que el propietario sufra alguna otra pena por irresponsable e indiferente, por no prever situaciones conflictivas que pudiesen presentarse, por no contar con un seguro que “salve” las primeras emergencias de un accidente que muchas veces cobra vidas o determina largos procesos de curación y recuperación.
En todo caso, no es incurrir en apología el sugerir que la cobertura de cualquier seguro que implique tranquilidad de las personas y, mucho más, de las familias, es siempre una forma de tener cuidado en la conducción de automotores y, además, el esmero que debe exigirse en mecánicos que realizan los respectivos mantenimientos. Cumplir con la compra del SOAT es responsabilidad y consideración personal con quienes transitan por las calles de la ciudad y, en todo caso, es manera de preservar la seguridad de quienes viajan en minibuses, camiones, automóviles. Es, pues, seguro y confiable contar con el SOAT y no necesitarlo solamente cuando se lo requiera.
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